Cinco indicios que alertan de una nueva burbuja tecnológica en España
El dinero de fondos de inversión y capital riesgo llega a raudales a las empresas tecnológicas españolas. ¿Se avecina un pinchazo?
El cofundador de Skype, Niklas Zennstrom, estuvo la semana pasada en Madrid dando conferencias en un encuentro internacional de emprendedores, que reunió a la crema y nata de los negocios emergentes en España.
Su fondo de inversión, Atómico, es uno de los más codiciados por los emprendedores de medio mundo. Y, según el entorno emprendedor español, Zennstrom está atento a lo que ocurre en el mercado local. Hace cuatro años, Atómico invirtió 10 millones de euros en Fon, una empresa madrileña que ofrece wifi gratis en todo el mundo a cambio de que los usuarios compartan su red.
Fue un modelo novedoso, rompedor, al que han apostado un buen número de inversionistas, aunque la masificación que esperaba la compañía parece no haber llegado.
1) «On fire»
Este año, el mismo fondo ha inyectado dinero en Jobandtalent, una plataforma de empleo temporal al que han apostado fuertemente la élite empresarial española como los Cortina Koplowitz o Kibo Ventures, un fondo participado por Sandra Ortega, la heredera de Amancio. Zennstrom aseguró que el mercado del emprendimiento tecnológico europeo, y el español en particular, está incandescente.
«On fire», dijo el inversor a los asistentes del encuentro South Summit. Y «on fire» en el lenguaje de los negocios también quiere decir tiempo de salidas o «vende antes de que el pinchazo nos sorprenda».
2) Los ex del ladrillo buscan pelotazo
La familia Entrecanales ha enfriado sus inversiones en el negocio del ladrillo para dedicarse ahora, a través de su fundación José Manuel Entrecanales, a inyectar fondos en empresas con posibilidades de despuntar. Tal vez son conscientes que parte de esos fondos se pierdan en el camino, pero han decidido apostar como cualquier fondo de capital riesgo: si algún valor se dispara, compensará con creces el resto de las apuestas fallidas.
El fondo familiar ha decidido entrar en al menos cuatro proyectos tecnológicos: PeerTransfer, Salutspot, Minube y Jobandtalent.
3) Inyecciones récord
Hace pocos meses, los emprendedores veinteañeros de Hawkers, las gafas baratas que se venden por internet, estaban convencidos de que tenían que salir a Estados Unidos para buscar el capital millonario que necesitaban: alrededor de unos 50 millones de euros. Habían asumido que no encontrarían esa cantidad de dinero en España, pero se equivocaron.
De la mano de Félix Ruiz, que dio un pelotazo al vender Tuenti a Telefónica por 70 millones, consiguieron una inyección de 40 millones de euros, una de las mayores de Europa. Un año antes, Apax Partners compró gran parte del capital de Idealista por más de 100 millones de euros. Drivy, fundada en Francia pero con operaciones de alquiler de coches particulares en España y Alemania, captó 31 millones en abril pasado y Wallapop, la web de venta de objetos de segunda mano, recibió 35 millones de Insighit Ventures Partners.
4) Alejados de la rentabilidad
Buena parte de los negocios emergentes aún no han llegado a la rentabilidad. Salvo algunas excepciones, las inyecciones millonarias no han permitido la llegada del punto de equilibrio de las emergentes. Con el precedente de Gowex en la memoria, el modelo de negocio no parece claro en todos los proyectos.
Es el caso de Wallapop, que con una ingente cantidad de usuarios que venden y compran objetos usados, carece de un esquema transparente de producción de ingresos. Los compradores no pagan. Los vendedores tampoco. Tampoco hay publicidad. Al menos no explícita. Sus propios responsables guardan en secreto cuál es el verdadero negocio y de dónde pretenden obtener los ingresos para hacer el proyecto sostenible en el largo plazo.
5) Sorpresa en Silicon Valley
Los hombres de negocio del Silicon Valley, algunos de ellos presentes en el encuentro South Summit, que reúne a los representantes del sector cada año en Madrid, contemplan sorprendidos la pujante industria de las start-ups españolas. ¿Hay un exceso de euforia? ¿Cuál es la sostenibilidad a largo plazo?
«Es lo que se preguntan. Tanto en España como en Europa hay una inyección de capital que no se había producido hasta ahora», explica un joven emprendedor con socios capitalistas internacionales. «La duda es si este crecimiento será sostenible o estamos frente a una burbuja que está a punto de estallar».
Lo que ocurre en el sector recuerda a algunos a los tiempos en los que el Banco Santander pagó por una web argentina 600 millones de euros. Se llamaba Patagon y nada (o casi nada) queda de aquel exceso.