La familia Cierco se querella contra Vall Banc y JC Flowers por fraude
Los antiguos responsables de BPA se querellan contra una veintena de directivos por un supuesto fraude de 80 millones de euros
Tres accionistas de la desaparecida Banca Privada d’Andorra (BPA) –los que fueron sus copresidentes, los hermanos Higini y Ramon Cierco, y su consejero delegado, Joan Pau Miquel– han presentado este jueves en los juzgados andorranos una querella por un presunto fraude de más de 80 millones de euros.
La querella se dirige contra los responsables de la nacionalización de BPA, de su reconversión en la actual Vall Banc y de su posterior venta al fondo norteamericano JC Flowers. Entre los acusados se encuentran una veintena de directivos de dos organismos reguladores del gobierno andorrano, de Vall Banc y de JC Flowers. Les acusan de prevaricación, administración desleal de patrimonio público y blanqueo de capitales.
Los querellantes calculan que Vall Banc y JC Flowers se embolsaron presuntamente unos beneficios ilícitos de más de 80 millones de euros a través de unas maniobras financieras realizadas cuando BPA ya había sido nacionalizada y, por lo tanto, era de titularidad pública. Consideran que tales maniobras perjudicaron a los clientes y a los accionistas de BPA, entre los que se encuentran los querellados, durante el proceso de liquidación de este banco.
La creación de Vall Banc
La querella pone el foco en la creación de Vall Banc. Por orden de la Agencia de Resolución de Entidades Bancarias (AREB, el equivalente al FROB andorrano), se transfirieron bienes de la intervenida BPA al nuevo Vall Banc por un valor de 70 millones de euros para que este último pudiera empezar su actividad. Como contrapartida, Vall Banc emitió unas obligaciones convertibles en acciones por el mismo importe. Esta y otras operaciones posteriores supuestamente descapitalizaron a BPA.
En un comunicado, los querellantes indican que los balances de Vall Banc reconocen que los bienes que recibió de BPA, valorados por la AREB en 70 millones de euros, en realidad valían 96,5 millones. La diferencia es de 26,5 millones. Por otra parte, según las tasaciones encargadas por los querellantes, JC Flowers no desembolsó más de 15 millones por la compra de Vall Banc. Esto produjo otro menoscabo de 55 millones de euros.
Los querellantes mantienen que Vall Banc y JC Flowers obtuvieron un enriquecimiento presuntamente injusto con estas operaciones supuestamente orquestadas por dos organismos gubernamentales andorranos: la Agencia de Resolución de Entidades Bancarias y el Instituto Nacional Andorrano de Finanzas.