Los remedios desesperados de los centros comerciales para sobrevivir
Los centros comerciales españoles reinventan sus esquemas de ingresos para no morir como lo han hecho 500 malls en EEUU. Para algunos ya es demasiado tarde
La imagen es desoladora. Unos 500 centros comerciales en Estados Unidos se han convertido en los cadáveres de una expansión inmobiliaria sin medida. Los malls en ruinas de concreto donde antes había tiendas, amplios pasillos y fuentes ornamentales fallecen frente al crecimiento imparable de las tiendas online como Amazon.
El fotógrafo Dan Bell retratado con su cámara la muerte de un sistema comercial que colapsa en Estados Unidos. Ha convertido la desolación de las moles de cemento en arte a través de unos video de Youtube que ha bautizado como Dead Malls Series.
El modelo de negocio está en entredicho. Con la reducción de compradores en los grandes centros comerciales, este año cerrarán 3.500 tiendas de grandes marcas. En Estados Unidos, donde sólo en Nueva York hay 22 centros comerciales fantasmas, ha comenzado la transformación.
Los propietarios de los malls están convirtiendo las superficies antes dedicadas a la venta de ropa a nuevos usos como nuevas escuelas secundarias, clínicas, oficina, mini-apartamentos y hasta iglesias pentecostales.
Para no llegar a ese escenario catastrófico, los centros comerciales en España ya han tomado medidas. Algunas de ellas desesperadas. Hasta ahora, tres centros comerciales han cerrado en España: Dolce Vita (Coruña), Urbano (Moro de la Frontera, Sevilla) y M-40 (Madrid), que ha sido comprado por el grupo venezolano Sambil y acaba de reabtrir con la modalidad de outlet.
Pero son decenas de centros comerciales que afrontan dificultades y comienzan un proceso de reconversión para salvar sus decadentes ingresos. Las grandes marcas como Zara y Mango han iniciado una estrategia de concentración en grandes edificios en los centros de las ciudades.
Rebajas de alquiler
Para evitar la huída de las tiendas que suponen también el descenso de visitantes, los centros comerciales comienzan a dar abonos de hasta el 80% de los alquileres a las marcas que son un reclamo de público como las marcas del grupo Inditex y los supermercados Mercadona y Carrefour.
Pero los descuentos son insuficicientes para la retención. Las marcas de Amancio Ortega ya ha salido de tres centros comerciales en Madrid: Parque Corredor, Getafe 3 y Parque Éboli.
«Las grandes marcas presionan como nunca las rebajas de sus alquileres. Y la amenaza es casi siempre la misma: o rebaja o condonación de alquileres, o cierre», explica el gestor de un centro comercial de Madrid que ha pedido mantener su nombre en el anonimato y que asegura que grandes cadena de ropa han logrado incluso el alquiler gratuito o a un valor simbólico en algunos centros comerciales.
Las pop-up
Pero la última moda de los centros comerciales españoles son las tiendas pop-up. Es un concepto de tienda efímera de meses, semanas o incluso días. En ellas, las marcas suelen liquidar sus colecciones sobrantes.
El centro comercial La Maquinista en Barcelona alquila pequeños espacios para tiendas por días desde 300 euros diarios por el alquiler de espacios de unos 35 metros cuadrados. Es la misma táctica a la que ha llegado el centro comercial Marinera City que ofrece pop-ups por 200 euros.
Los centros comerciales sopesan aumentar la superficie para restauración y crear nuevos conceptos. Todas las medidas para evitar lo que sucede en Estados Unidos. Centros comerciales fantasmas, derruidos y con maleza. Así comienza a lucir también en Dolce Vita en Coruña. Toda una señal.