Celsa marea la perdiz con los vencimientos de su deuda
La siderúrgica empieza a liquidar los 2.700 millones refinanciados en 2013 pendiente de la venta de activos inmobiliarios
La siderúrgica Celsa, propiedad de la familia Rubiralta, afronta desde el pasado mes de junio el pago de su importante deuda, de 2.700 millones de euros, y aunque ya ha empezado a satisfacerla, ha tenido que prorrogar el pago de unos 30 millones hasta diciembre. En junio pagó 20 millones de la deuda principal pero, además, debía satisfacer otros 50 millones de una línea especial de crédito. Sin embargo, solo liquidó 19 de estos 50 millones y la banca acreedora ha dado seis meses más a la compañía para devolver el resto.
Estos 50 millones parten de 2013. Entonces, la siderúrgica catalana refinanció su deuda de más de 2.600 millones, a la que debe hacer frente entre 2015 y 2018, y obtuvo además una línea de crédito adicional de 82 millones para resolver las situaciones de escasez de liquidez más a corto plazo. Los principales bancos acreedores de Celsa son el BBVA, CaixaBank, Santander, Popular, Sabadell, Bankia y Barclays.
No es buen momento para vender
La satisfacción de esta línea de 82 millones estaba sujeta a algunas condiciones, como por ejemplo que no se podía liquidar con ingresos ordinarios de la actividad de Celsa, para no perjudicar la devolución de la deuda principal, según han explicado fuentes financieras. En junio quedaban por satisfacer 50 de estos 82 millones y se pagaron 19. «Celsa puede pagar, está bien de tesorería, pero el pago está sujeto a condiciones», han agregado dichas fuentes.
El pago de los 30 millones restantes está pendiente de la venta de activos inmobiliarios de Celsa, que se ha encargado a la consultora Aguirre Newman. La siderúrgica está esperando a un mejor momento para vender, visión con la que los acreedores coinciden, según han explicado a Economía Digital. Incluso el retorno podría retrasarse más allá de diciembre si no se consiguen dichos ingresos extraordinarios.
Al corriente de pago
«El grupo Celsa afirma de forma tajante que se encuentra al corriente en el pago de su deuda y que cumple con las condiciones acordadas con sus acreedores y proveedores», ha asegurado a este digital. Un portavoz de Celsa ha explicado que en junio empezó a devolver los 2.700 millones con el pago acordado de 20 millones y otro adicional de 19 millones, y que se ha afrontado «con tesorería ordinaria y sin necesidad de vender ningún activo». Los 19 millones adicionales se han devuelto con dividendos de su filial escandinava, Celsa Nordic.
Respecto a Celsa Nordic, la compañía catalana ha desmentido que esté en venta para pagar la deuda, como había publicado algún medio. Fuentes financieras han confirmado que no está en venta sino que este activo es una garantía que tiene la banca acreedora en el caso de que el grupo no pudiera satisfacer su deuda.
La empresa de la familia Rubiralta, primera siderúrgica de España, espera volver a beneficios este año, después de mejorar su Ebitda en 2014, hasta cerca de los 300 millones de euros, y de facturar unos 3.900 millones. Celsa tiene presencia en ocho países europeos y una plantilla cercana a 7.000 empleados directos.