Cellnex dispara un 72% sus pérdidas hasta los 145 millones de euros
La operadora de telecomunicaciones explica que el aumento de las pérdidas se debe a la estrategia de compra de empresas y torres por toda Europa, lo que ha disparado sus beneficios un 53% en lo que va de año
La operadora de telecomunicaciones Cellnex Telecom ha aumentado sus pérdidas un 72% en los nueve primeros meses de 2021. La cotizada se dejó 145 millones hasta el mes de septiembre impulsado por los costes de integrar las recientes compras acometidos a lo largo de todo el ejercicio: desde Hivory a CK Hutchinson.
Según ha argumentado la compañía en un informe dirigido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el principal motivo de las pérdidas ha sido la política de adquisiciones en Europa durante la primera mitad de este año, una estrategia que ya ha arrojado sus primeros resultados: la compañía que dirige Tobías Martínez ha disparado hasta septiembre un 53% sus ingresos, alcanzando los 1.760 millones.
En este sentido, explican que las pérdidas se deben a las mayores amortizaciones (+68 %) y costes financieros (+79 %) derivados del intenso proceso de adquisiciones del grupo.
En lo que va de año la empresa ha protagonizado una agresiva expansión haciéndose con hasta 7.000 torres de Polkomtel Infrastruktura, en Polonia, más de 10.000 puntos de telecomunicaciones de Hivory en Francia y casi 25.000 de CK Hutchison repartidos por Italia, Austria, Dinamarca, Irlanda y Suecia.
La deuda de Cellnex ya supera los 8.600 millones
Ahora, la organización está a la espera de que el regulador británico apruebe la adquisición del negocio de CK Hutchison en el Reino Unido para dar carpetazo definitivo al proceso de integración.
Tras implementar dicha estrategia de compras y expansión, la empresa cuenta, a falta de zanjar todavía algunos de sus proyectos, con hasta 89.327 emplazamientos operativos en una docena de países. A los gastos derivados de estas operaciones se le suma que Cellnex ha invertido, entre enero y septiembre, hasta 8.300 millones destinados a la incorporación de nuevos activos y el despliegue de nuevas infraestructuras, así como a mejoras en la eficiencia y al mantenimiento de la capacidad instalada.
En total, la deuda neta de la compañía ha alcanzado los 8.613 millones de euros frente a los 6.500 millones de cierre de 2020.