Cecot quiere que el dinero del rescate de los bancos vaya a las empresas
La patronal busca adhesiones para inyectar 40.000 millones de forma directa al tejido empresarial
Las empresas languidecen. Las pymes catalanas, incluso las que tienen una buena situación económica, con productos competitivos, perecen por la imposibilidad de financiar su activo circulante, por el cierre del crédito, que les impide seguir funcionando. Una organización empresarial catalana ha decidido liderar el movimiento de oposición a ese proceso de salvación de la banca a la par que reclama que sus fondos se utilicen para ayudar a las empresas con problemas.
La fortaleza del tejido empresarial catalán se resiente y los empresarios han decidido elevar su voz. Proponen llevar a cabo una auténtica revolución, en perjuicio de los bancos rescatados, los que recibirán la inyección del rescate financiero europeo, que alcanzará unos 40.000 millones de euros. La iniciativa persigue abrir un debate público sobre la cuestión a la par que se consiguen adhesiones para sensibilizar al Gobierno sobre cuáles deberían ser sus prioridades en la actual crisis.
Ayuda directa a las empresas
La Cecot, la patronal de la pequeña y la mediana empresa, localizada en el Vallès, ha decidido liderar una iniciativa que persigue concitar el apoyo de las pymes catalanas. Y prepara un informe en el que reclama que las ayudas a los bancos nacionalizados, Bankia, Novagalicia, CatalunyaBanc y Banco de Valencia –en manos de CaixaBank—se canalicen directamente hacia las empresas.
El crédito al tejido empresarial ha caído a mínimos de toda la crisis. Ha descendido el 7% en el último año. El saldo medio de los créditos a empresas de 2009 fue de 915.000 millones, y ahora se han prestado hasta 130.000 millones menos que hace casi cuatro años. Esta situación es la que ha causado alarma en la patronal catalana.
La idea es que las entidades quebradas no deberían seguir, sino quebrar. Y que los depositantes no tienen por qué verse perjudicados. Cecot, presidida por Antoni Abad, recuerda que el Estado, a través del Fondo de Garantía de Depósitos, garantiza hasta 100.000 euros por depositante y cuenta en cada entidad de crédito. “Ya hay muchas entidades financieras”, aseguran fuentes de la patronal.
Hace dos años, no ahora
La ayuda a las entidades nacionalizadas, –argumenta la patronal– que proviene del fondo de rescate europeo, podía haber sido útil al inicio de la crisis, como ocurrió en otros países europeos hace dos años. Entonces, entidades como ING o Hipovereinsbank recibieron enormes inyecciones de dinero público. Ahora Cecot entiende que no tiene ningún sentido sostener con fondos públicos a bancos quebrados.
De hecho, es la misma tesis que sostuvo el vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, cuando creó una polémica con el Gobierno español el pasado verano. Almunia aseguró que algún banco español podía ser liquidado.
Las tesis de Almunia
Se refería a los nacionalizados, a los citados anteriormente. De los cuatro, Banco de Valencia ha quedado integrado en CaixaBank, después de ser subastado por el FROB.
Almunia se refería a la necesidad de liquidar aquellas entidades cuya caída no afectara al sistema financiero del país, que no tuviera un riesgo “sistémico”. Y se fijaba esa condición para poder recibir el rescate, que, en aquel momento se cifró en 100.000 millones de euros.
Proceso avanzado
La angustia de las empresas, que siguen precipitándose a los concursos de acreedores y el aumento del número de trabajadores en paro, ha llevado a Cecot a formular esta propuesta, aunque el proceso de ayuda a los bancos está ya muy avanzando. El dinero está previsto que llegue esta próxima semana.
El Gobierno ya presentó la solicitud oficial para recibir el primer tramo de los préstamos, que incluirá 36.968 millones de euros para las cuatro entidades nacionalizadas (17.900 millones para Bankia; 9.080 para CatalunyaBanc; 5.425 para Novagalicia; y 4.500 millones para Banco de Valencia.
Poco coste para el contribuyente
Hay que añadir 2.500 millones de euros para la sociedad de gestión de activos inmobiliarios procedentes de la reestructuración bancaria (Sareb), –el banco malo—que son menos del 10% de los 25.000 millones calculados por Bruselas inicialmente.
Y, aunque el ministro de Economía, Luis de Guindos, ha afirmado que los aproximadamente 40.000 millones de euros del rescate europeo para el sector financiero tendrán un coste para el contribuyente «claramente inferior» al 1% que se pagó por las inyecciones al FROB, la patronal Cecot considera que todo ese dinero sería más fructífero si acabaran ayudando a las empresas.