Cataluña llegó tarde a la fábrica de baterías, según los sindicatos de Seat
La gigafactoría de Volkswagen en España se ubicará en los terrenos de Parc Sagunt II en Valencia. "Es un hecho histórico", celebra Ximo Puig
Aunque nunca ocupó la pole position, Cataluña formó parte de la carrera entre comunidades autónomas para atraer la gigafactoría de baterías de Volkswagen en España. La Generalitat ofreció al conglomerado alemán terrenos en Lleida y Tarragona después de comprobar rápidamente que la fábrica no cabía en la antigua planta de Nissan en Zona Franca. Su opción ni siquiera se planteó; cuando la administración catalana entró en juego el procedimiento ya estaba demasiado avanzado.
«Cataluña llegó tarde al proceso para captar la fábrica de baterías», aseguró este miércoles Matías Carnero, presidente del comité de empresa de Seat y miembro del comité de supervisión de Volkswagen. Cuando el Govern que encabeza Pere Aragonès quiso seducir al proyecto, el partido ya se disputaba solamente entre otras tres regiones: la Comunidad Valenciana, Aragón y Extremadura.
Fuentes cercanas a la oferta catalana explican que el Govern se movió tarde, cuando las propuestas de Aragón, Comunidad Valenciana y Extremadura ya tenían los detalles mucho más avanzados que los bocetos presentados por la Generalitat. El Ejecutivo ya no iba a hacer marcha atrás.
La planta de baterías se erigió como el primer gran proyecto icónico a financiar con los fondos europeos Next Generation EU y tras casi un año de negociaciones finalmente se instalará en Sagunto (Valencia). El presidente valenciano, Ximo Puig, se llevó el gato al agua. «Supone avanzar de manera decisiva hacia un hecho histórico», celebró este miércoles.
«Se trata de la mayor inversión industrial que ha recibido la Comunitat Valenciana en su historia», señaló. El líder socialista equiparó la llegada de la fábrica de baterías a Parc Sagunt II a la entrada de Ford en Almussafes en 1976. «Volkswagen sabe que aquí encontrará un entorno favorable a esta inversión: el apoyo de la Generalitat, la seguridad jurídica, la estabilidad política, el dinamismo económico y el acuerdo social».
Cataluña sin embargo también recibirá buena parte de los hasta 7.000 millones de euros que Volkswagen y sus socios tienen previsto invertir en su plan eléctrico. Para empezar, los cargadores nutrirán a los dos modelos que se ensamblarán en Landaben (Navarra) y los tres que se producirán en Seat Martorell (Barcelona).
«Será la mayor inversión industrial de la historia de Seat en España», dicen desde la empresa
El territorio también sumará la planta de ensamblaje y el reciclado de las celdas elaboradas en Valencia. Probablemente se instalará en el centro de Seat en la Zona Franca de Barcelona. Contará también con el centro de diseño de baterías, el único que el grupo tendrá de estas características en el sur de Europa.
A pesar de que Volkswagen concretó cifra y ubicación de la inversión, los directivos del grupo volvieron a dejar la operación en condicional. Todo gasto está supeditado a que le sean concedidas las ayudas del Perte. Prácticamente un formalismo pues en el sector se da por descontado que podrán obtener las cantidades deseadas.
«Será la mayor inversión industrial de la historia de la marca en España, si el Perte se confirma», añadió Wayne Griffiths, consejero delegado de Seat. «Tenemos la oportunidad de transformar la industria en España, no podemos dejar que esto se escape», advirtió. «Nuestra ambición es convertir el país en el hub de la automoción eléctrica de Europa, si se confirman los fondos del Perte», zanjó.
Valencia se impone a Aragón y Extremadura
Ximo Puig se impuso así a otros dos barones socialistas; Javier Lambán (Aragón) y Guillermo Fernández Vara (Extremadura). Su elección es además apuesta decidida por el corredor mediterráneo tan reclamado desde Valencia. La región cuenta con otro argumento que juega a su favor: va a ser una de las zonas más perjudicadas en la reforma de la financiación que prepara Pedro Sánchez, por lo que podría exigir la fábrica como compensación.
Además, la alianza para desarrollar el coche eléctrico firmada por Volkswagen y Ford podría servir para matar dos pájaros de un tiro. La planta de Sagunto podría surtir de baterías a la automovilística estadounidense en Almussafes y garantizar su superviviencia más allá de 2025, algo que ahora mismo no está asegurado. Depende de la asignación de dos modelos que se disputa con el centro alemán de Saarlouis.
Por el contrario, Aragón contaba con las mejores conexiones con las fábricas de Seat en Martorell (Barcelona) y Volkswagen en Landaben (Navarra), lo que permitiría enviar la producción con facilidad a su destino final. Además, tiene en Figueruelas (Zaragoza) una planta de Stellantis que, en un momento dado, también podría beneficiarse de las baterías.
Por último, Extremadura es la pieza que ofrecerá los recursos naturales para hacer funcionar las baterías. Su elección encajaba a la perfección con la apuesta por la España vaciada que el Gobierno aseguró que serían los fondos europeos.