Carrefour y El Corte Inglés convierten en oro sus huevos camperos
Ambas compañías han apostado por el proyecto de Pazos de Vilane, que facturó 6,5 millones de euros el año pasado con sus huevos camperos
Nuria Varela Portas asistió a mediados de los 90 a un curso de agricultura ecológica, donde aprendió las nociones básicas para montar una granja. Ella lo llama «casualidad», pero su historia —y la de Pazo de Vilane, una de las marcas de huevos camperos más prósperas de España, que solo el año pasado facturó 6,5 millones de euros— se antoja una mezcla de precognición y predestinación.
Varela, licenciada en Económicas, se había mudado a Londres a estudiar un máster en 1995, una experiencia que le sirvió para darse cuenta de que no le gustaba mucho «la urbe y la dinámica de la ciudad». Tres años después, una idea empezó a rondarle la cabeza, quería montar algo en una finca familiar en Galicia en estado de abandono.
Nadie quería hacerse cargo del lugar, por lo que «en vez de volver a Madrid, que es donde yo vivía, me fui directamente a la finca», relata Varela en conversación con Business Insider. Por entonces tenía 26 años.
Varela empezó con 50 gallinas, algo de ahorros y una finca abandonada
Aunque en términos absolutos se producían más huevos camperos que en la actualidad, en aquella época «casi no se vendían este tipo de huevos» en grandes superficies, relata, por lo que quedaban relegados a otro tipo de establecimientos de menor tamaño.
En 1998, montar una granja de huevos camperos era como tratar de competir con Microsoft con una web de comercio electrónico: requería no solo de tesón y esfuerzo, sino también de una gran visión de negocio.
Y una pizca de falta de cordura. Como grandes terratenientes de una novela de Isabel Allende, algunos productores avícolas de la zona incluso se acercaron a su finca a amedrentarla sin tapujos. «Estás loca, me decían. Tu negocio va a fracasar», relata Varela.
Hoy en día, Pazo de Vilane cuenta con una ayuda de 20.000 euros de la Xunta de Galicia
En 2018, la empresa registró una facturación de 6,5 millones de euros. Porque uno de los primeros retos a los que se tuvo que enfrentar Varela fue a la falta de liquidez: los dos primeros años en Pazo de Vilane fueron prácticamente estériles «porque los bancos no veían rentabilidad en este negocio», recuerda.
En 2018, la empresa registró una facturación de 6,5 millones de euros. «El gran boom se produjo hace unos cinco años», cuando las grandes superficies también empezaron a ver un filón en los huevos camperos.
La primera en apostar por Pazo de Vilane fue El Corte Inglés y, a partir de ahí, los huevos de Pazo de Vilane empezaron a encontrarse en las estanterías de multitud de distribuidores de alimentación.
El triunfo de los huevos camperos
El giro hacia productos camperos de buena parte de los consumidores hizo el resto. Hoy en día, Pazo de Vilane cuenta con 40 empleados y sus huevos se venden en buena parte de las grandes superficies -El Corte Inglés, Carrefour, Alcampo,La Plaza de Dia o Eroski, entre otros- y en más de 800 puntos de venta en toda España.
«Durante 15 años, estuvimos solos en el mercado», explica Varela. El problema que ve ahora es que «hay mucha más competencia que antes, porque todo el mundo quiere apuntarse al carro». Relata, incluso, que algunos de los productores avícolas que otrora la intentaron amedrentar son hoy parte de esa competencia.
Varela presume con orgullo que las mermeladas de Pazo de Vilane
«La diferencia es que ellos producen huevos, mientras que nosotros criamos gallinas», resume. En concreto, Varela asegura que en cada una de las fincas de Pazo de Vilane hay entre 3.000 y 4.000 gallinas, mientras que «hay otros que en el mismo espacio tienen a 30.000 animales».
Esa concepción va incluso más allá de su claim —»no fabricamos huevos; cuidamos gallinas»—; no en vano, Varela presume con orgullo que las mermeladas de Pazo de Vilane, aun siendo una línea de negocio secundaria, son las que mayor porcentaje de fruta contienen —un 80%— en el mercado.
Noticia original de Business Insider. Autor: Pavel Ramírez