Carrefour arruina a dos familias con la misma tienda
Dos franquiciados de Carrefour Express se arruinan con un plan de negocios sin detallar
Cuando Javier, un vecino de Castro Urdiales, negociaba con Carrefour la instalación de una tienda Carrefour Express, el modelo de supermercado pequeño y diseñado para franquicias, recibió un estudio de mercado alentador.
Interesado en montar un negocio como una vía para obtener un empleo, la multinacional que se vende como una experta franquiciadora (unas 4.000 franquicias en todo el mundo) le hizo los números y calculó que, en el centro del pueblo, facturaría unos 2,5 millones de euros al año.
En las estimaciones más optimistas, el establecimiento podría alcanzar los 3 millones de facturación. Pero desde el tercer día, Javier percibió que algo marchaba mal. “No estábamos llegando a los números ni en los peores escenarios. Al final, la facturación del año rondaba los 1,7 millones de euros, una cifra claramente insuficiente para sostener el negocio que Carrefour me había vendido”, explica el exfranquiciado.
La tienda comenzó en julio de 2012. Antes de firmar el contrato y abonar los 400.000 euros que suelen costar los supermercados Carrefour Express, Javier era atendido con mimo por los responsables del comité de expansión. Lo trataban como un cliente vip, lo invitaban a comer y atendían a cualquier duda. Tras la firma del contrato, el trato cambió por completo.
Desde entonces, comenzó a ser atendido por el departamento de gestión. “Pasas de ser un cliente a un número más. Pedí las cuentas detalladas del supuesto plan de negocio que hicieron. Nunca me las entregaron. Llegué a la conclusión de que no había plan de negocio. O mintieron con las cifras o se las inventaron”, explica el afectado que perdió, después de cuatro años, unos 200.000 euros, además de trabajar, festivos incluidos, sin cobrar sueldo.
“Sólo me decía que tenía que recortar en luz, personal o alquiler, pero nunca en las cuentas de explotación que le afectaban a ellos, como, por ejemplo, los tres cánones. En el fondo, no le importa que quiebres, porque es tu dinero el que está en juego, no el de ellos».
La segunda quiebra
Tras el cierre del franquiciado, Carrefour tomó el control de la tienda y la endosó a una familia que había fracasado en otra tienda Carrefour Express en Asturias. Carrefour Express reconoció el error de haber asignado una ubicación mala. Entonces decidió compensar a la familia trasladándola a otra tienda en funcionamiento.
La facturación era, en teoría, correcta. Pero el problema era otro: la rentabilidad. “En el plan de negocios, no habían calculado bien los gastos. No incluyeron los gastos en Seguridad Social, ni mi sueldo, ni los llenados de los camiones. Al final, me tuve que quitar el sueldo porque no daban las cuentas”, explica la franquiciada que sucedió a Javier.
Oficialmente, Carrefour desmiente que la marca está en dificultades. Asegura que tienen un crecimiento elevado de nuevas tiendas y ha explicado que el año pasado apenas cerraron en España unas 15 tiendas. Pero sus documentos internos apuntan hacia la dirección contraria.
Ola de cierres
La cadena ha disparado las alarmas por una enorme crisis empresarial que afronta la marca Carrefour Express. Los directivos de la matriz han encendido las alarmas por el aumento de los locales en quiebra.
Carrefour Express ha cerrado más de un centenar de tiendas en los últimos cuatro años, según un documento interno de la cadena publicado por Economía Digital. Sólo en enero y febrero del año pasado la empresa había planificado el cierre de 17 establecimientos en toda España. En total, acumuló 400 cierres en cuatro años.
Ahora la compañía afronta una decena de querellas por estafa que están siendo gestionadas por el despacho de abogados Themis, en Valencia.
La crisis con las franquicias no es un conflicto exclusivo de Carrefour. La cadena de supermercados DIA también afronta decenas de querellas por parte de tres grupos de franquiciados diferentes que acusan a DIA de estrangularlos financieramente para que la cadena obtenga más beneficios.
Lizarrán, La Sureña, Mail Boxes, Granier y Foster’s Hollywood son otras de las marcas con importantes conflictos con los franquiciados. Los abogados especializados apuntan a la crisis de un modelo de negocio que ha dejado centenares de familias arruinadas en toda España.