Carlyle saca la chequera para comprar el vino riojano de Codorníu
El fondo estadounidense pagará 16,5 euros por acción, más del doble del precio actual, para contentar a los minoritarios
Carlyle quiere controlar la totalidad de Bodegas Bilbaínas por la vía rápida. El fondo estadounidense, que en junio cerró la compra de Codorníu, ya trabaja para adquirir también su filial de vinos de La Rioja, controlada al 93,9% por la cavista catalana. Para contentar a los minoritarios y hacerse con el 100% de la empresa, lanza una OPA a 16,5 euros por acción, más del doble que el precio actual de las participaciones.
Si bien el vehículo estadounidense comunicó en un primer momento que el precio a pagar sería de 7,18 euros calculando “el equivalente al precio medio de cierre de Bodegas Bilbaínas desde el 31 de octubre de 2017 hasta el 28 de septiembre de 2018”, ahora dispara la oferta “tras recibir el informe de valoración elaborado por un experto independiente”.
Deberá convencer al 6,1% con el que comparte capital, por lo que opta por valorar la empresa que produce vinos como el Viña Pomal, La Vicalanda y Viña Zaco en 46 millones frente a los apenas 22 millones de euros en los que capitaliza ahora mismo –la acción está a 8,1 euros–.
La contraprestación por las acciones debe pasar todavía por la aprobación de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), algo que parece ahora mismo un mero trámite después de elevar la oferta tras una propuesta inicial que era incluso inferior al precio al que cotizaba la compañía.
Una vez aceptada la oferta, la intención de Carlye es la de excluir la filial de la Bolsa de Bilbao.
Bodegas Bilbaínas, una empresa rentable
Bodegas Bilbaínas, con sede en Haro (La Rioja), ganó 2,89 millones de euros en su último año fiscal, cerrado el pasado 30 de junio, el 16,55% más que en el ejercicio anterior. Lo logró a pesar de conformarse con unas ventas de 16,83 millones de euros, el 6,57% menos que la temporada precedente.
De hecho, en el ejercicio 2015/2016, el último disponible en el Registro Mercantil, Unideco –la matriz del grupo Codorníu– ganó apenas 68.000 euros. Los beneficios llegaron gracias a los beneficios de 2,65 millones de euros que le reportó la cotizada riojana.
Propiedad de la saga Raventós hasta que decidieron vender Codorníu a Carlyle, se hicieron con el control de las bodegas en 1997 tras lanzar una opa que valoraba la empresa en unos 28 millones de euros. Entonces su capital estaba muy fraccionado entre diversas familias vascas y la caja Bilbao Bizkaia Kutxa.