Nueva amenaza a la automoción: la falta de camioneros frena las ventas de coches

La pandemia, la actividad inestable y el precio de los carburantes ha reducido en un 40% la capacidad de carga de los portavehículos, dificultando un transporte fluido de automóviles hasta los concesionarios

Un tráiler que transporta furgonetas. EFE/Jose Manuel Vidal

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Si la escasez de chips y la falta de abastecimiento de piezas no era suficiente, ahora la automoción tiene que hacer frente a un nuevo dolor de cabeza, en este caso relacionado con tapones logísticos. La falta de conductores de camiones portavehículos ha dejado a miles de coches aparcados en los puertos y en las campas de los fabricantes, dificultando su llegada a los concesionarios y lastando las ventas en las últimas semanas.

Tras el covid, el freno de la producción de vehículos, que impidió una actividad fluida, y más tarde el incremento de costes de los combustibles ha llevado a los transportistas a pasar por “su peor momento en los últimos 20 años”, según apuntan desde la subsección de portavehículos y logística de la automoción de la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM). Todo esto ha provocado a una “reducción generalizada” de la actividad, una “irregularidad de la demanda y descompensación de los flujos de transporte” y la caída del 40% de la capacidad de carga que “va aumentando cada mes”.

Por estos motivos, el transporte tiene problemas para “mantener a los conductores que voluntariamente se marchan a otros sectores de actividad”, algo que ha empeorado dado que es el único ámbito donde se sigue realizando las operaciones de carga y descarga. Las sucesivas crisis que han afectado al transporte por carretera han provocado que unos 800 conductores de tráileres portavehículos hayan cambiado de trabajo o se hayan jubilado, según apuntan fuentes del sector automovilístico. Las particulares de conducir este tipo de vehículos también dificulta la renovación de trabajadores.

Esta escasez de camioneros ha dejado a miles de coches, tanto aquellos listos para ser exportados como los importados, aparcados en los puertos de referencia o en las campas de los productores de vehículos. Fuentes del sector automovilístico aseguran que, cansados de esperarse, hay navieras que ya se decantan por transportar otras mercancías, dado que tener los barcos atracados en los puertos a la espera de ser cargados o descargados les hace perder dinero.

Afecta a las exportaciones y a las importaciones

Los tapones logísticos afectan a toda la industria europea, pero, dado que es el consorcio con más fábricas y marcas en España, en las últimas semanas se ha hablado especialmente de su impacto en Stellantis. El mismo director de la factoría situada en Vigo del grupo holandés, Ignacio Bueno, alertó en diciembre de una “situación complicada” debido al atasco de vehículos nuevos que se amontonan esperando a ser exportados a otros países. A finales de noviembre, la planta de Balaídos tenía hasta 25.000 coches inmovilizados y se vio obligada a cancelar envíos.

Algo similar pasó en la fábrica también de Stellantis situada en Figueruelas, Zaragoza. En diciembre, tenía casi 10.000 coches ya comprados, con nombre y apellido, sin poder salir de la fábrica, donde normalmente no permanecen más de 24 horas una vez finalizados. El tapón portuario que se expande por la Unión Europea dejó al centro sin otra opción que aparcar vehículos en zonas anexas a la factoría.

Las importaciones tampoco lo tienen fácil. Mientras que 8 de cada 10 vehículos fabricados en España se exportan, el mercado nacional se nutre de unidades extranjeras. El puerto de Valencia es una de los principales puntos de entrada donde llegan, por ejemplo, modelos de Land Rover desde el Reino Unido. El tráfico de vehículos en la infraestructura valenciana también se ha visto bloqueada en las últimas semanas.

La única alternativa al transporte de automóviles por carretera es el ferroviario, pero su infraestructura no puede cubrir la demanda de tráfico. Mientras que hay puertos marítimos donde no existe una conexión directa con una vía de tren, es difícil hacer llegar un coche hasta un concesionario situado en Extremadura, donde la red ferroviaria es escasa.

Caen las ventas en diciembre

Este tapón ha sido uno de los principales factores que ha provocado una caída de ventas de coches en el último mes de 2022. España cerró diciembre con una reducción del 14% de las nuevas matriculaciones hasta las 73.927, en comparación con el mismo mes de 2021. Según fuentes del sector, los cuellos de botella logísticos fueron un factor más lesivo que incluso la crisis de los microchips. “Diciembre fue horrible”, sentencian.

Desde la automoción ya asumen que tendrán que convivir con los problemas de transporte en los próximos meses: “Va a ser complicado”. Por su parte, los camioneros aseguran que llevan meses insistiéndo a los fabricantes en la necesidad de trabajar “de forma conjunta” para evitar poner en peligro “la competitividad de la producción de automóviles en España”, dicen desde CETM.

“Lo único que pueden hacer en estos momentos es que los fabricantes se sienten con sus proveedores de transporte para hacer un análisis conjunto y serio del incremento de costes en estos momentos y empezar a repercutirlos de forma inmediata, al tiempo que aseguran la viabilidad de futuras inversiones, ya que, de lo contrario, la capacidad seguirá reduciéndose”, añaden. La patronal de los transportistas exige que estos encuentros se realicen cuanto antes porque las decisiones que se puedan tomar no se materializarán con nuevos vehículos en el mercado hasta pasados entre 16 o 18 meses.

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