Calviño carga contra el ERE de Caixabank
Al tiempo, la ministra de Hacienda advierte de que el ajuste de empleo es cuantioso pero sería superior si no se hubiera fusionado con Bankia
La vicepresidenta segunda del Gobierno, Nadia Calviño, ha compartido su «preocupación» con Caixabank y con el Banco de España después de conocer las cifras del ERE que quiere llevar a cabo la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri.
La nueva Caixabank, fruto de la fusión por absorción de Bankia, planteó este martes a los sindicatos la salida de casi 8.300 personas y el cierre de más de 1.500 oficinas, se trata del mayor ajuste laboral de la banca española.
En declaraciones en el Congreso recogidas por Efe, la ministra de Economía ha pedido a los bancos «responsabilidad» para buscar todas las alternativas que minimicen el impacto negativo sobre el empleo de las fusiones.
Calviño considera que los altos sueldos y los bonus pagados a directivos de entidades financieras son «inaceptables” porque se trata de remuneraciones «que no se corresponden con la situación económica del país y aun menos en entidades que anuncian fuertes recortes de personal y cierres de oficinas».
La destrucción de empleo en el sector supone destrucción de valor y pérdida de capital humano para España «que no podemos permitirnos», ha añadido. Economía seguirá marcando «claramente» una línea para que se minimice el impacto negativo sobre el empleo durante el periodo de negociación.
El Gobierno lleva advirtiendo al sector desde hace tres años de que la pérdida de rentabilidad, los retos derivados de la creciente competencia y el proceso de digitalización iban a exigir determinadas medidas, aunque siempre minimizando el impacto en el empleo, ha explicado.
Y es que fue la propia Calviño quien impulsó el pasado verano la fusión de Bankia y Caixabank junto a Isidro Fainé, presidente de Criteria Caixa y primer accionista de la entidad catalana. Las conversaciones entre ambos promovieron que los consejos de administración de los dos bancos estudiaran en septiembre la fusión.
Tras aprobarse, el Estado se ha convertido en el segundo accionista del primer banco en España con un 16,1% del capital. Por eso este martes, después de que Caixabank desvelara las cifras del ERE, el propio Gobierno fue de los primeros en manifestar su opinión.
Sin fusiones, habría más despidos
En concreto lo hizo la ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde aseguró que si en el sector financiero no se hubieran producido fusiones se estaría hablando de un volumen de bajas “muy superior”.
Montero indicó que el ajuste de empleo y oficinas de Caixabank “es cuantioso e importante, pero podría ser muy superior si cada entidad hubiese hecho reestructuración por su lado”. Pese a ello, comentó que el Gobierno “siempre lamenta que se produzcan despidos” cuando hay crisis económicas y financieras.
Y por esta razón trabajan “en mecanismos que permitan sostener el empleo de personas con mayor dificultades financieras”. Solo de esta manera se evitarán “cifras inasumibles de desempleo” como ocurrió en la crisis de 2008.
La ministra insistió en que para el Ejecutivo “siempre es una mala noticia” que en cualquier empresa financiera se produzcan este tipo de decisiones. Y en la medida que puedan influir van a “minimizar” cualquier pérdida de empleo que se produzca en el tejido productivo español.
Asimismo, aclaró que no todos los procesos de reestructuración del sector bancario tienen que ver con la pandemia, algunos son previos y estaban pendientes de completar. También, que la fusión ha permitido a la empresa ganar en eficiencia y capilaridad en España para mantener las oficinas importantes e incorporarse a un sistema de digitalización.
Paralelamente defendió que es “imprescindible” que en España se complete el proceso de reestructuración para tener entidades fuertes en el contexto internacional y que nuestros bancos jueguen un papel fundamental dentro del tejido productivo.
La nueva Caixabank no es la única entidad que llevará a cabo este 2021 un impactante recorte de personal, Unicaja y Liberbank también sellarán su fusión, previsiblemente en julio. Y los sindicatos esperan que después del verano empiece a negociarse su propio ERE, en el que se estima la salida de otros 1.000 trabajadores del sector.