Caixabank vende a Santander y BBVA un 4% de la antigua Servired
El banco catalán contaba con una participación superior al 25%, el límite, al integrar Bankia y se ha repartido entre los principales accionistas
Caixabank se ha desprendido de la participación que le sobraba en Sistema de Tarjetas y Medios de Pagos (la sociedad resultante de la fusión de Servired, Euro 6000 y 4B, en 2018, de la que forma parte toda la banca española) tras la fusión con Bankia.
En concreto, se ha acordado entre los socios una reorganización del accionariado de forma que Caixabank, BBVA y el Banco Santander continuarán siendo los principales accionistas, con un 20,6% de participación cada uno de ellos.
El banco catalán contaba con una participación del 18,1% antes de la fusión, la misma que tenían BBVA y Santander. Pero una vez integró a Bankia se sumó su 10,78%, alcanzando finalmente un 29% y como el límite de cada banco está fijado en el 25%, según los estatutos de la compañía, la CNMV ya advirtió a Caixabank que debería desinvertir un 3,9%.
Finalmente, el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri ha repartido un 4% entre el banco de Ana Botín y el de Carlos Torres, y el 5% restante se ha distribuido entre el resto de accionistas, las demás entidades.
Esta reorganización también ha traído cambios en el consejo de administración de la sociedad, formado por 19 miembros. Cada entidad, independientemente de su participación accionarial, tiene un límite de 3 consejeros como máximo. Antes de la fusión, Caixabank tenía 3 y Bankia, 2.
Como no se puede tener 5 consejeros, han salido las dos sociedades que representaban a Bankia (Participaciones y Cartera de Inversión, Valoración y Control) y entran en su lugar otros dos consejeros (Banco Cooperativo y Laboral Kutxa), las siguientes entidades a las que les correspondía designar consejeros).
Paralelamente ha habido cambios en los representantes del Banco Santander y Banc Sabadell, aunque en este caso por motivos que no tienen que ver con la fusión. En concreto, salen del consejo Juan María Olaizola (Santander) y Alfonso Ayuso (Sabadell), mientras que entran María Aranzazu Sánchez (Santander) y Albert Figueras (Sabadell).
Sistema de Tarjetas y Medios de Pagos (STMP) ha tenido como objetivo desde su nacimiento poner en funcionamiento la primera tarjeta de pago propia de la banca española. Hay que recordar que todas las entidades trabajan con Visa o Mastercard, y deben pagar una comisión por ello. Pero en estos tres años no han logrado sacarla adelante y tampoco han acordado ningún nombre comercial.
La estructura de esta sociedad es similar a la de Bizum, si bien, toda la banca es dueña y ofrecen una solución de pagos, la primera con envíos instantáneos de dinero desde el teléfono móvil y la segunda, STMP, concentrando una red de 49.000 cajeros automáticos y más de 2 millones de TPVs.
Según reflejan sus últimas cuentas, en 2020 se alcanzó la cifra de 86,2 millones de tarjetas emitidas y evolucionaron al alza las transacciones ecommerce, la tecnología contactless y el pago móvil, en detrimento de las retiradas de efectivo, que se redujeron un 17,1% con motivo de la pandemia.
Caixabank también debe desinvertir en Bizum con motivo de la fusión con Bankia, ya que ha alcanzado un 33,4% del capital social pero ningún accionista puede ser titular de más del 24%, y en consecuencia debe vender un 9,44%.
Pero en este caso, el reparto no ha sido tan fácil. Aunque los bancos con mayor participación (Banco Santander, Banc Sabadell y BBVA) tienen derecho de adquisición preferente, toda la banca ha mostrado interés, según explican fuentes financieras. Así que se sigue estudiando cómo repartirlo proporcionalmente porque no hay un precio fijado.