Caixabank liquida la antigua sede de Castellana con la salida de 500 empleados
Los trabajadores de Caixabank deben dejar el edificio antes de noviembre dando paso a su nuevo dueño, Criteria Caixa
Caixabank debe abandonar Castellana 51 antes del 1 de noviembre. La que fuera sede del banco antes de la fusión con Bankia tiene ahora nuevo dueño, Criteria Caixa, a quien se la vendió el pasado mes de julio por 238,5 millones de euros. La entidad catalana conservará las oficinas store que están a pie de calle, donde trabajan más de 20 personas, pero el resto tendrá que dejar el edificio en las próximas tres semanas.
Hace solo unos días lo hizo la filial aseguradora, VidaCaixa. En total, se ha trasladado unas 125 personas desde Castellana 51 a la nueva sede, en la Torre Kio, donde ya estaban trabajando más de 30 personas, explican desde la empresa.
A día de hoy el grosso de esta plantilla está en Barcelona, donde hay más de 500 empleados, mientras que en Madrid son otros 160 y el resto, hasta 700, se reparten por todo el territorio nacional. El banco también ha cambiado el domicilio social de VidaCaixa a Castellana 189, donde está la nueva sede, según informaba el registro mercantil el pasado viernes.
El banco que dirige Gonzalo Gortázar todavía tiene pendiente de reubicar al departamento de riesgos, banca privada, el negocio inmobiliario y el de empresas, además de la dirección territorial metropolitana en Madrid. Un centenar se irá a la Torre Kio y el resto, a Las Rozas y a la ‘milla de oro’ madrileña. En concreto, a dos edificios ubicados en Serrano y Diego de León.
Recientemente, Caixabank también traslado a los trabajadores de las filiales de pago y consumo (unos 100) al edificio París de Manoteras, en Madrid. En concreto a los empleados de Caixabank Payments and Consumer, Caixabank Equipment Finance, Comercia Global Payments Entidad de Pago, Global Payments Moneytopay y Telefónica Consumer Finance,
Antes estaban ubicados en la calle Caleruga, donde se encontraba la sede social, que ahora se ha trasladado a Manoteras. Allí comparten ahora edificio con parte de los servicios centrales del banco y otros negocios del grupo.
El banco sigue reorganizando su plantilla, que ha ascendido a más de 37.000 personas desde la fusión con Bankia. Entre los dos sumaron 44.000 trabajadores, pero tras el ERE, que ha afectado a casi 6.500 empleados, se ha ido reducido.
Cuando acabó la integración de oficinas y el ajuste de empleo, en primavera, Caixabank empezó a reorganizar los edificios y sedes. Fue entonces cuando puso a la venta su histórica sede, la de Castellana 51.
Ya en julio, al anunciar que el nuevo dueño del edificio era Criteria Caixa, explicó en un documento presentado a la CNMV que, el banco había detectado la posibilidad de concentrar en el edificio de Castellana 189 y otros edificios corporativos, una parte relevante de las unidades y filiales que hasta la fecha venían ocupando un “activo prime” como es el edificio que poseía en Castellana 51.
Criteria, de arrendatario a arrendador
«La operación es necesaria a la vista del exceso de capacidad en Madrid de Caixabank una vez adquiridas con la fusión las sedes propias de Bankia”, destacó la entidad. En la antigua sede, además del personal de la propia Caixabank y empresas de su grupo, también se localizan las sedes centrales en Madrid de la Fundación “La Caixa” y Criteria que hasta ese momento, estaban en concepto de arrendatarios en la segunda y sexta planta.
La operación ha permitido al banco monetizar un activo que ya no les era necesario para el ejercicio de la actividad bancaria. En el proceso de venta participaron más de 50 entidades. Entre ellos, fondos, inmobiliarias, private equities, family offices, etc.
Pero entre todos los interesados, la oferta de InmoCriteria no solo ofrecía el precio más alto, también les permitía el uso temporal del edificio para el desarrollo de su actividad bancaria hasta que reubicaran al personal, como están haciendo ahora.
Y además, Criteria les permitirá que se mantenga la marca “la Caixa”, de la que Caixabank es licenciatario, como imagen visible del edificio en el exterior.
Caixabank avisa con poco margen a los empleados
Fuentes sindicales recuerdan que estos traslados no se deben negociar porque en todos los casos son de menos de 25 kilómetros, pero denuncian que el banco esté dando muy poco margen a los trabajadores, avisando con poca antelación. Los más afectados han sido los que se han ido a Las Rozas, explican, por el desplazamiento.
La representación laboral cree que se deberían poner autobuses o facilitar algún medio de trasporte. Al igual que los que se han ido a la Torre Kio, quienes destacan la dificultad de encontrar aparcamiento en la zona. Antiguamente, Bankia contaba con una aplicación para reservar plaza de garaje, pero esta ya no existe.