Caixabank ficha a McKinsey y Lee Hecht Harrison para recolocar a los afectados por el ERE
La entidad continúa negociando la salida de 7.791 empleados, a quienes prevé recolocar en otros puestos de trabajo
Caixabank continúa negociando la salida de 7.791 trabajadores con los sindicatos, a quienes ha presentado en la reunión de este miércoles un plan de recolocación para ayudar a encontrar un nuevo empleo estable y ajustado al perfil profesional de cada trabajador que abandone el banco y quiera adherirse al plan de manera activa.
La entidad ha fichado a la consultora McKinsey para que realice un estudio en profundidad de la situación actual del empleo en España a escala provincial. También a Lee Hecht Harrison (Adecco) para desarrollar el programa de recolocación externa. Asimismo, General Assembly (del grupo Adecco) se encargará de la formación digital.
Todos los adscritos al plan de recolocación contarán, a su vez, con acompañamiento durante el tiempo que necesiten y tendrán la posibilidad de volver a acogerse a él si el nuevo puesto no responde a sus expectativas, explica la entidad en un comunicado.
Asimismo, recibirán asesoramiento no solo para identificar las ofertas de trabajo adecuadas a su perfil y afrontar los procesos de selección, también para diseñar un proyecto laboral de futuro personalizado y redefinir su propio plan de carrera, detallan.
Paralelamente, el banco ha dispuesto un paquete especial de medidas para atender al colectivo de mayores de 50 años, que habitualmente suele encontrar más dificultades para mantenerse en el mercado laboral. Este se podrá trasferir a un familiar de primer grado (hijos o pareja) que esté en situación de desempleo o desee mejorar en su carrera, apuntan.
Los planes de recolocación externa son una obligación legal para las empresas cuando el despido colectivo afecte a más de 50 trabajadores, según el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores, recuerdan los sindicatos.
Por esta razón, BBVA, que también planteó un despido colectivo para 3.800 trabajadores (ahora ya rebajado en 350 personas que se reubicarán dentro del grupo) contrató al grupo Randstad con el propósito de ofrecer un nuevo puesto de trabajo a aquellos que salgan del banco con motivo del ERE.
La nueva Caixabank, que inicialmente puso encima de la mesa de negociación una cifra de despidos más elevadas (8.300) también se ha comprometido a recolocar a 500 dentro del grupo, además, destacan que las negociaciones están empezando, lo que implica que en adelante la cifra puede ser aún más pequeña.
En la reunión de este miércoles, la cuarta entre el banco que preside José Ignacio Goirigolzarri y los representantes de los trabajadores, todavía no se han mejorado las condiciones de salida para que sean en su mayoría voluntarias.
La dirección del banco hizo un primer planteamiento de indemnizaciones por grupos de la edad, pero en todos los casos, las condiciones son inferiores a las del último ERE de Caixabank en 2019, e incluso han empeorado las condiciones de salida de Bankia en 2012, cuando el Estado tuvo que rescatar a la entidad.
Entre ellas, que los mayores de 50 años no podrán superar el 50% del total de adheridos voluntariamente al ERE. De manera que habrá un máximo de 3.900 trabajadores en este rango de edad que podrán salir de manera voluntaria.
Si concluido el periodo de adhesiones voluntarias no se llega al cupo, se aplicará la “meritocracia”. Es decir, saldrán los que peor desempeño o valoración tengan dentro del banco. Y esto también preocupa, pues no se han definido que criterios tendrá en cuenta el banco para hacer esa valoración.
Los motivos del ERE
Caixabank convocó a los sindicatos por primera vez el 6 de abril para empezar a negociar el día 15 después de la fusión por absorción con Bankia. Fue en la segunda reunión, celebrada el día 19 cuando planteó el cierre de 1.534 oficinas y la salida de casi 8.300 empleados, un 70% de la red de oficinas, otro 20% de servicios centrales y organización territorial; y el resto de otras áreas del banco.
La dirección del banco explicó que, tras un detallado análisis de las necesidades de la red comercial y de los servicios corporativos, habían llegado a la conclusión de que era necesario poner en marcha este ERE, el mayor en la historia del sistema financiero español.
El mismo viene motivado “por las duplicidades y sinergias derivadas de la fusión y las circunstancias actuales del mercado”. La nueva Caixabank asegura que la voluntariedad será el criterio preferente en este proceso de salidas, pero estará limitado al cupo de excedente identificado en cada territorio o área funcional. De no cubrirse será la meritocracia lo que “garantice el equilibrio generacional”.
El banco pretende, como norma general, que los empleados mantengan su remuneración actual, salvo que las nuevas condiciones acordadas supongan una mejora, en cuyo caso se aplicará con la progresividad que se acuerde. Estas nuevas condiciones serán también las que se aplicarán a los nuevos empleados que se puedan incorporar en el futuro.
Aunque no se han concretado fechas sobre cuando empezarán las salidas y el cierre de oficinas, todo apunta a que la gran mayoría llegará tras la integración tecnológica, prevista para noviembre. Aunque residualmente podrá haber algún cierre de oficina.