Caixabank fía la recuperación de la economía española a los fondos europeos

Las sombras de la ralentización económica sobrevuelan 2023. En un contexto de elevada incertidumbre, Caixabank apunta que la velocidad con la que se desplieguen los fondos europeos será clave para que la economía española despegue. Y pone una fecha para ello: primavera.

«Se espera que la actividad vaya recobrando mayor vigor a partir de la primavera a medida que aumente el despliegue de los fondos europeos Next Generation (NGEU) y que comiencen a suavizarse las tensiones en los mercados de la energía y la inflación se vaya moderando, lo que favorecerá la recuperación de la renta real de los agentes y una mejora de la confianza», apuntan en el informe financiero que la entidad presentó este viernes a la CNMV.

Caixabank trabaja con un escenario de crecimiento de PIB del 1,3% para 2023. Dentro de la fotografía general de «debilidad» de los países vecinos esperan un «sensible» enfriamiento de la actividad en España. De esta forma, consideran que el aumento de la inflación y de los tipos de interés alcanzará «su máxima expresión».

«En cualquier caso, la economía española se encuentra mejor situada que otras grandes economías europeas, para hacer frente a la crisis energética, gracias a la baja dependencia del gas ruso, la elevada capacidad de regasificación de gas natural licuado y una mayor flexibilidad para diversificar los suministradores de gas», apuntan en el mismo texto.

La evolución de la inflación

En el marco económico de 2023 jugará un papel fundamental la evolución de la inflación, que podría haber tocado techo este ejercicio. Tras el máximo alcanzado en julio (10,8 %) y el cierre de 2022 en el 5,7 %, la inflación ha marcado una media anual del 8,4%. Aunque las voces de los organismos internacionales alertan de que la guerra para frenar la subida de precios todavía no ha acabado.

Las previsiones de Caixabank, señalan que para 2023, se espera que este indicador prosiga moderándose, y anote una media anual del 4,2%. Lo achacan a «la corrección de la inflación en los componentes de energía y alimentos y a que se complete la traslación del aumento de los costes energéticos a los precios de venta finales en un contexto de moderados efectos de segunda ronda». Un aumento de la inflación complicaría a los hogares llegar a fin de mes y podría acabar afectando al pago de los préstamos e hipotecas.

La evolución económica para el año que viene será la que marque el paso del negocio bancario, que este año ha sorteado las peores previsiones y ha acabado con resultados récord. Así, aunque la desaceleración se empezó a notar a finales de año, el resultado final fue positivo.

«La actividad se fue ralentizando a lo largo del año afectada especialmente por el debilitamiento del gasto de las familias ante el impacto en su capacidad adquisitiva del repunte de la inflación y de los tipos de interés, con un euribor a 12 meses que cerró en diciembre con un promedio mensual del 3%», señalan.

La menor dependencia del gas ruso y la «elevada capacidad de regasificación de gas natural licuado» permitieron a España sortear mejor el impacto de la crisis que otras grandes economías europeas.

«Además el exceso de ahorro acumulado por las familias durante la pandemia y las medidas fiscales y regulatorias puestas en marcha permitieron amortiguar parcialmente el impacto del encarecimiento de la energía», recuerdan desde la entidad para contextualizar el ejercicio. A lo que suman, el «buen» comportamiento del mercado laboral en el ejercicio 2022.