Caixabank cierra el ERE con 6.452 salidas voluntarias
Los puntos más conflictivos, el de la previsión social y movilidad laboral, tenían atascadas las negociaciones que se han retrasado dos días
Caixabank y los sindicatos han logrado cerrar el ERE este jueves. La cifra de salidas será de 6.452 y todas serán voluntarias. Este era el principal requisito para que los representantes de los trabajadores firmaran el acuerdo, algo que finalmente han conseguido.
No ha sido tarea fácil, las partes se han reunido durante toda la semana hasta altas horas de la madrugada, pero finalmente este jueves lograban llegar a consenso.
Las negociaciones estaban encalladas en las últimas horas por dos factores: previsión social y movilidad laboral, algo que también se ha solucionado.
El plazo de negociación formal acababa el día 29, día que la plantilla aprovechó para hacer huelga y manifestar su malestar con cómo avanzaban estas negociaciones, que se han extendido más de dos meses.
La del martes era la segunda huelga que secundaba la plantilla durante la negociación de este despido colectivo, que el banco puso en marcha con motivo de la fusión con Bankia. Al no llegar a acuerdo el martes, las partes firmaron en acta que seguirían negociando hasta que hubiera consenso.
Un 22% menos de salidas
El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri puso encima de la mesa el pasado 20 de abril, 8.300 despidos, lo que hace que la cifra inicial se reduzca en más del 22%, según lo pactado este jueves. También se ha acordado el cierre de 1.534 oficinas.
Esta reducción se debe, en parte, a la posibilidad de recolocar empleados en empresas filiales del grupo, explican fuentes de la entidad. En concreto a 708.
Las indemnizaciones pactadas: a los empleados de entre 54 y 63 años, con antigüedad de 6 años, el banco ofrece el pago fraccionado del 57% del salario fijo anual, mantenimiento del 100% de las aportaciones de ahorro al plan de pensiones de la empresa, de la póliza privada de asistencia sanitaria y abonos del convenio especial con la Seguridad Social hasta cumplir los 63 años.
Aunque estas condiciones son aplicables a todos los empleados mayores de 54 que cuenten con la antigüedad requerida, se establece un máximo de adscripción voluntaria de 1.750 personas de entre 54 y 55 años.
Para el grupo de entre 52 y 53 años, con antigüedad de 6 o más años, ofrece un pago fraccionado del importe equivalente al 57% a su salario fijo anual multiplicado por 7, con abono mensual hasta cumplir los 63 años. Y pago del convenio especial con la Seguridad Social hasta los 61 años. El límite máximo de adhesiones a este colectivo es de 750 personas.
Al resto de trabajadores, Caixabank ofrece un pago único de 40 días de salario fijo por año, con límite de 36 mensualidades.
«El colectivo B es el más caro»
El banco también ha establecido prelaciones, esto es el protocolo que define el orden de salidas. En primer lugar se tendrán en cuenta a los mayores de 56 años que entran dentro del colectivo A. Después al colectivo C; seguidos por el resto del colectivo A (los de 54 y 55 años) y finalmente al colectivo B, que es el más caro, explican fuentes sindicales.
El grosso de salidas de la red de sucursales, los servicios centrales y la dirección territorial estará en Madrid. El banco fija el excedente de personal en 1.286 personas; otras de las ciudades más afectadas será Barcelona (528) y Valencia (461).
Las condiciones económicas quedaron cerradas días atrás, los cupos se han aumentado esta madrugada, y los puntos más conflictivos, el de la previsión social y movilidad laboral, se han cerrado en la tarde de este jueves.
«Pedían movilidad de hasta 40 km sin pagar compensaciones, argumentando que se van a cerrar muchas oficinas y hay zonas que necesitan esa disposición» añaden estas fuentes. Tras muchas horas, se ha pactado movilidad de 75 km por causa del ERE, (para evitar despidos) con indemnización y para el resto de circunstancias de 40 km.
En cuanto a la previsión social, los sindicatos de Caixabank pedían una compensación de 2 puntos del plan de pensiones, algo que también han aceptado.
Un ERE polémico desde el principio
El ERE ha sido polémico desde el principio. Se trata del despido colectivo más grande que un banco ha hecho en España, y empezó a negociarse al tiempo que el de BBVA, lo que hizo que con solo dos días de diferencia, dos de los bancos más grandes del país pusieran encima de la mesa más de 20.000 despidos.
Con el tiempo la cifra se ha reducido pero para ello, el Gobierno ha tenido que intervenir por distintas vías. Las ministras de Economía y Trabajo, advirtieron desde el inicio que Caixabank debía reducir el número de salidas y que estas debían ser voluntarias.
Las advertencias se han mantenido hasta hace solo unos días, cuando Nadia Calviño dio un último aviso a Caixabank. Asimismo, durante estos meses, el Gobierno ha puesto en tela de juicio si el salario de los banqueros, considerándolo desproporcionado, sobre todo el de aquellos que negocian miles de salidas.
Lo que llevó al FROB (segundo accionista de la entidad) a votar en contra de los sueldos de la cúpula durante la junta de accionistas. Asimismo, la plantilla, con la intención de hacerse oír y conseguir las mejores condiciones en el ERE ha optado hasta en dos ocasiones por contactar con Isidro Fainé, expresidente de la Caixa y actual presidente Criteria Caixa, accionista mayoritario del banco con el 30% del capital.
La última vez fue hace solo una semana, cuando toda la representación sindical envió una carta de manera conjunta pidiéndole ayuda. El colofón final han sido las huelgas, antes hubo paros parciales y movilizaciones por todas las ciudades españolas.
La plantilla decidió colgar el cartel de «cerrrado por huelga» por primera vez en 117 años de historia de Caixabank, el pasado 22 de junio. Los datos aportados por los sindicatos señalan que el seguimiento fue récord con más del 70% de oficinas cerradas y una caída de actividad de más del 90%. La entidad no quiso facilitar cifras oficiales.
Los datos del pasado martes 29 (también aportados por los sindicatos) indican que el seguimiento fue mucho mayor, con más del 90% de sucursales cerradas y una caída de la actividad superior al 95%.