Caixabank asegurará el empleo en su primer plan estratégico tras la fusión con Bankia
El banco más grande del país presenta la hoja de ruta a tres años el martes 17 de mayo con el compromiso de no ejecutar más despidos
El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri. EFE/Biel Aliño
Caixabank presenta su nuevo plan estratégico el martes 17 de mayo ante analistas e inversores. Se trata del primero tras la fusión con Bankia, entidad que absorbió en marzo del año pasado y que le convirtió en el banco más grande del país por activos. A cierre del primer trimestre alcanzaban los 706.116 millones de euros. El banco catalán, ahora capitaneado por Jose Ignacio Goirigolzarri, ya adelantó hace doce meses que esperaría a que se hubiera producido la integración de esta entidad para marcar la nueva hoja de ruta.
En este tiempo ha llevado a cabo un ERE para 6.452 personas, el mayor del sistema financiero español, que también ha implicado el cierre de 1.500 oficinas. Asimismo, el banco tuvo que migrar los datos de los clientes de Bankia (unos 7,6 millones) a los sistemas informáticos de Caixabank y ajustar las condiciones de los productos para que todos operaran bajo una única entidad.
El consejero delegado del grupo, Gonzalo Gortázar, explicó en la presentación de resultados que a principios de abril ya había salido el 90% del personal acogido al ERE y se habían integrado el 80% de las oficinas. En cuanto a la migración de los clientes de Bankia, aseguró que les había permitido elevar el número de clientes vinculados (los que tienen más de un producto contratados con el banco) hasta el 68,6%.
Y en este contexto, el CEO aseguraba que el banco no contempla ningún otro ajuste de personal de estas características, más allá de las salidas que se producen de manera natural cada año por jubilación o incluso prejubilación. De esta manera también guarda cautela ante su segundo accionista, el Estado, que ya se mostró muy crítico con los despidos del año pasado. De hecho, algunos ministros del Gobierno dejaron claro de manera pública su rechazo.
Y es que, este plan estratégico también será el primero para el banco catalán con el Estado como accionista. El Frob poseía un 65% del capital de Bankia y al pasar a manos de Caixabank se quedó también en su accionariado con un 16% del capital. Desde que se produjo la fusión, también se ha mostrado muy crítico con los salarios de la cúpula, de hecho, en la primera junta de accionistas voto en contra y en la segunda, se abstuvo.
La subida de tipos de interés marcará el rumbo del nuevo plan
El nuevo plan estratégico estará marcado por muchos factores coyunturales, como la pandemia, la guerra y la inflación, que hará al banco poner el foco en el control de costes. Pero sin duda, el mayor acontecimiento para Caixabank y todo el sector financiero es la subida de tipos de interés que se espera para este 2022 tras más de seis años en negativo.
“La subida de tipos nos afecta de manera relevante y tendrá impacto en el plan estratégico”, destacaba Gortázar. El banco parte de un escenario base, más conservador incluso que el del propio Banco Central Europeo (que es quien marca el precio del dinero) y trabaja con tres subidas de tipos este año, hasta el +0,25% en lugar de –0,5% actual, a las que habría que sumar cinco subidas más en el año 2023. El que se produzcan una o dos subidas entre julio o septiembre, explicaba, dependerá de la evolución del el PIB y el IPC.
Gortázar también reveló que una subida de 100 puntos básicos (del 1%), mejorará el margen de intereses de Caixabank entre un 20% y un 25% en doce meses. “El balance tarda en repreciarse”, señalaba. Sobre la guerra, el CEO destacó que, si marcara el plan estratégico, supondría que hay malas noticias. Así que más allá de la subida de precios de la energía y materias primas no contempla un mayor impacto. A propósito de estas subidas, el banco ha decidido crear un fondo, al que ha dotado con 214 millones de euros, por el impacto de la guerra en las familias y empresas.
En cuanto a la pandemia, a partir de este segundo trimestre, todo el sector espera es una subida de impagos en los créditos ICO y en consecuencia, de la mora en las entidades financieras. Caixabank recordaba recientemente que cuenta todavía con un colchón de 1.400 millones de euros para hacer frente a las pérdidas que puedan producirse por este motivo.
