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Caixa Proinfancia, el programa social de Fundación “la Caixa” que combate la pobreza infantil  

Esta iniciativa se dirige a niños y adolescentes para proporcionarles servicios de educación y salud para que puedan tener más oportunidades

Desde 2020, la crisis sanitaria ha provocado un cambio en aspectos básicos de nuestra vida: se ha visto resentida la vida social, la educación se ha tenido que reinventar para que sea más accesible para todos los alumnos y, por supuesto, la salud, donde el bienestar emocional se ha visto muy afectado. 

Además, la pandemia también ha mostrado la evidente falta de recursos que tienen muchas familias para poder ofrecer a los más pequeños oportunidades de futuro. Fundación “la Caixa” ha sido consciente de ello y a través de su programa Caixa Proinfancia pone el foco en favorecer el desarrollo de las de las competencias tanto de los niños y adolescentes como de sus familias para que mejorar sus procesos de integración social y de autonomía. 

La solución para las familias en exclusión social 

Durante la pandemia, el desarrollo social y educativo de los más pequeños se ha visto resentido. Por eso, se ha marcado el objetivo de buscar un modelo de acción social y educativo que permita un acceso a la educación sin que se vea afectado por su contexto familiar. 

Desde la propia Fundación consideran clave que fomentar el acceso a la educación de todos es contribuir a erradicar la pobreza infantil de nuestro país.

Este programa cuenta con más de 400 entidades sociales que trabajan en red y que se encargan de atender de forma directa a las familias, priorizar las ayudas y realizar un seguimiento de cada caso.  

En 2021 CaixaProinfancia ayudó a 64.244 menores de nuestro país a través de una red de 400 entidades sociales

Este programa alcanzó a más de 60.000 niños y niñas en situación de pobreza y exclusión social el pasado año, ayudándoles en los momentos de dificultades, agravadas por la pandemia.

Todo esto adquiere un valor aún más grande teniendo en cuenta que la pandemia cambió la forma de impartir clase. Provocó una brecha muy grande entre aquellos que tenían acceso a todos los recursos y los que no. Esto dificultó todavía más su acceso a una educación de calidad.   

Por eso, en un año tan complicado como este, es importante reconocer la labor de las entidades que forman parte de CaixaProinfancia y que han apoyado a las familias para adaptar sus recursos y garantizar que la actividad llegue a todos los niños durante la crisis sanitaria.  

Para que mejoren sus servicios ofrecen diferentes prestaciones para reforzar la educación y que se vean beneficiadas con equipamiento escolar, campamentos y actividades de verano o talleres educativos familiares. Además, también tienen en cuenta servicios en beneficio de la salud como apoyo psicológico o alimentación e higiene infantil. Con la implantación de este programa se ha podido estudiar el fenómeno de la pobreza y la vulnerabilidad de la infancia y adolescencia. 

Consecuencias de la pobreza infantil 

Uno de los adolescentes a los que el programa de Fundación “la Caixa” ha ayudado es Ángel, que procede de una familia desestructurada después de perder a su madre y a su hermana. Aun con la difícil situación con la que ha tenido que lidiar consigue extraer algo positivo de todo ello: “Me ha hecho evolucionar y madurar antes de tiempo”.  

Ángel entró en el programa de Proinfancia con la intención de obtener un futuro mejor. La iniciativa de Fundación “la Caixa” ha sido definida por él mismo como algo “muy positivo” por todo lo que le ha aportado. “Me han ayudado a encontrar mi sitio, a educarme en valores y, sobre todo, a convivir con compañeros y compañeras. Ha sido una evolución constante como persona, ligada siempre a la superación”, añade. 

Este ejemplo sirve para comprender mejor los datos que han obtenido a raíz de la investigación realizada en  conjunto por la Universidad Ramon Llull y la Universidad de Deusto, liderados por Jordi Longás, Jordi Riera, Rosa Santibáñez y Josu Solabarrieta sobre el efecto de la pandemia sobre las brechas socioeducativas que afectan a la infancia más vulnerable. De lo más destacable, es que la crisis sanitaria ha supuesto para muchas familias una reducción de ingresos que se ha traducido directamente en nuevas situaciones de inseguridad alimentaria. Más del 25% de familias han tenido dificultades para conseguir alimentos casi todos los días. 

La brecha digital se aprecia en datos como que 1 de 5 familias no dispone de ordenador o el 40% de los adultos no sabe desenvolverse en las aplicaciones educativas de sus hijos

Respecto a la educación, CaixaProinfancia ha destacado, por ejemplo, que 1 de cada 5 familias no disponen de ordenador, el 40% de los adultos se considera incapaz de manejarse en las aplicaciones educativas de sus hijos o que el 5% de niños y adolescentes no tiene ningún tipo de competencia digital, acentuando aún más la brecha digital.  

Las dificultades principales que se identifican desde las entidades son la falta de dispositivos, los problemas de conexión y las competencias digitales insuficientes. 

Otra de las consecuencias directas de la pandemia ha sido que el bienestar emocional se ha visto muy afectado. Los datos muestran que 1 de cada 3 familias percibe un deterioro en su salud mental. 

Igual que en otras dimensiones analizadas, se mantiene como dato constante que al menos 1 de cada 3 familias percibe deterioro en el bienestar emocional. En un porcentaje similar a la estadística anterior, un 30% de familias muestra angustia o desesperación ante la situación y el futuro, muy vinculado a la extrema precariedad económica