Cabify suma licencias en Barcelona mientras espera a la Generalitat
Cabify asegura que sigue la normativa de la Generalitat y que actúa "como las VTC tradicionales"
Cabify está intentando alimentar su flota con nuevos coches, después de haber vuelto a Barcelona hace unas semanas. Mientras espera que la Generalitat no torpedee su retorno a la capital catalana, la empresa está en conversaciones con varios propietarios de licencias VTC para ampliar el número de coches en las calles de Barcelona. Cabify tiene 300 licencias propias y planea subrogar 200 más a corto plazo.
Ante la amenaza de la Generalitat de revisar su adecuación a la normativa que podría dejarle fuera de juevo otra vez, la empresa de VTC insiste en que cumple la normativa de transporte vigente y que no actúa en un vacío legal, algo de lo que se le había acusado. Desde Cabify explican que están funcionando «como las VTC tradicionales, que trabajan para hoteles y televisiones», un sistema que puede ser difícil de desmontar para la Generalitat sin que el resto de empresas del sector se vean afectadas.
En un desayuno del Fórum Europa, Juan de Antonio, CEO y fundadador de Cabify, ha asegurado que la petición del gobierno de Cataluña de entregar un informe jurídico sobre su actividad en Barcelona no está fuera de la normalidad, ya que la mayoría de países donde operan se lo ha pedido antes de empezar una actividad nueva. La empresa apunta que va a entregar dicho informe dentro del plazo establecido.
Ahora, quieren crecer de nuevo y queda sobre la mesa de dónde sacarán los coches. Algunas de las empresas que les proporcionaban coches los han vendido, y aunque hubo derca de 2.000 despidos antes de marchar temporalmente de la ciudad y algunos de los trabajadores aceptaron ser trasladados a Madrid, no se sabe si estos conductores van a regresar a la flota barcelonesa.
Cabify se plantea el futuro en Barcelona
Respecto a la confusión que provocó el regreso de la empresa de VTC a Barcelona, De Antonio lo ha atribuido a una mala comunicación, y está satisfecho con la acogida que ha tenido entre los ciudadanos: más de 100.000 usuarios han contratado el servicio de Cabify durante las dos primeras semanas. El CEO ha criticado que cuando aparece una gran empresa que rompe con el sistema tradicional, «se convierte en un problema» y que eso no da una buena imagen a los innovadores ni a los inversores.
Según los datos de la empresa, cada coche VTC significa 4 coches de uso privado menos en las calles, algo que forma parte de su ambición sostenible. «Para 2022 queremos reducir hasta el 75% de las emisiones de nuestra flota», ha afirmado Antonio. Eso va a significar una gran inversión en coches eléctricos e infraestructuras para recargarlos: «Nuestro principal problema es la disponibilidad de los coches por parte de los proveedores».
Aunque durante el desayuno se ha especulado con una posible salida a la Bolsa, Cabify no ha especificado cuando sería posible. Si bien es cierto que ha tenido muy buena acogida por parte de los ciudadanos, la empresa no se ha estabilizado, y podría estar esperando un escenario más estable para lanzarse al público inversor.
Cabify cree que el taxi no es la competencia y rehuye de comparaciones con Uber
De Antonio ha descartado que el sector del taxi sea enemigo de los VTC y afirma que ambos servicios se complementan en la mayoría de los trayectos que efectúan. Eso sí, el CEO de Cabify ha criticado la falta de innovación en el sector, ya que cree que el taxi «no está mirando hacia el futuro».
Además, el fundador de la empresa ha expresado que «los monopolios no son buenos» y que en ningún momento han defendido un trato de favor en el sector de transporte. El fundador de la empresa ha sido claro respecto a los sindicatos: los líderes del taxi «no representan a la mayoría de un sector que quiere trabajar».
Sobre la marcha de Uber, Cabify ha insinuado que la norteamericana podría estar buscando algún tipo de «indemnizaciones», algo que a Cabify «no le interesa» porque «quieren trabajar».
Unauto espera que Uber también vuelva a Barcelona
Pese a las voces discrepantes dentro de la patronal de las VTC sobre el regreso de Cabify con buenos ojos, su presidente, Josep Maria Goñi, ha afirmado que solo «los pilló desprevenidos» pero que están contentos de que Cabify haya vuelto a la capital catalana. Aun así, reconoce que «no se han hecho las cosas bien», empezando por la confección del decreto ley, y espera que la Generalitat acceda a dejar que Cabify opere con normalidad.
Por ahora, cree que hay un consenso entre ciudadanía y responsables de la ciudad, a quienes se les fue la mano, echando a Uber y Cabify de la ciudad. Cree que el derecho a decidir qué transporte quieren usar los ciudadanos no puede ser interrumpido por la Generalitat.
Goñi ha señalado a los taxistas por no haber sido capaces de reinventarse en temas de renovación tecnológica, tarifas, estructuras preventivas, acceso a la profesión, profesionalidad y calidad del servicio. También les ha recriminado su poca perspectiva hacia un transporte eficiente. «Delante de todos estos retos, en vez de enfrentarse al reto con energía, su solución pasa por acabar con la competencia. Nuestro éxito se debe a que la gente está harta de una estructura obsoleta que no va a ningún sitio», ha declarado.