Iberia ha pactado con Globalia nuevas condiciones para la compra de Air Europa por 500 millones de euros, la mitad de los 1.000 millones previstos inicialmente, que se abonarán a los seis años del cierre de la operación. EFE/ José Valle/Archivo

Un avión de Air Europa. EFE/ José Valle/Archivo

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La compra de Air Europa por parte IAG, la matriz de Iberia, está siendo investigada por la Comisión Europea. En Bruselas preocupa que la operación propuesta pueda reducir la competencia en los mercados de servicios de transporte aéreo de pasajeros en las rutas nacionales españolas y en las rutas internacionales con origen y destino en España.

IAG y Air Europa son, respectivamente, la primera y la tercera compañías proveedoras de servicios regulares de transporte aéreo de pasajeros en España. Ambas explotan una red de rutas nacionales españolas, así como rutas de corta distancia entre España y otros países del Espacio Económico Europeo (EEE) o de fuera de la UE, y rutas de larga distancia entre España y América.

La investigación de la Comisión ha revelado que IAG y Air Europa compiten directamente por los servicios de transporte aéreo de pasajeros en España, en particular en varias rutas entre Madrid y los Estados Unidos y América Latina, así como en varias rutas nacionales y de corta distancia, incluidos vuelos de enlace que llevan a Madrid a los pasajeros para que puedan seguir viajando en vuelos de larga distancia hacia los Estados Unidos y América Latina.

En esta fase, a la Comisión le preocupa que la operación propuesta pueda reducir significativamente la competencia en 140 ciudades de origen y destino dentro de España y hacia o desde este país, entre las que ambas compañías aéreas ofrecen servicios directos. En varias rutas, IAG y Air Europa son las dos únicas compañías aéreas que las explotan.

La Comisión también teme el efecto de la operación propuesta en las rutas en que otras compañías aéreas dependen de la red nacional y de corta distancia de Air Europa para sus propias operaciones en el aeropuerto de Madrid y en otros varios aeropuertos de la UE. Sin los vuelos de enlace de Air Europa, varias compañías aéreas podrían decidir suspender sus servicios a destinos internacionales también explotados por IAG, con lo que se reducirían las posibilidades de elección de los viajeros.

En esta fase, la Comisión ha constatado que la competencia de otras compañías aéreas, ni siquiera la de las europeas de bajo coste, ejercería probablemente una presión suficiente sobre la entidad fusionada en las rutas en las que tendría elevadas cuotas de mercado.

Además, advierten desde Bruselas, «la presión competitiva de las compañías aéreas europeas de servicio regular o de las compañías aéreas latinoamericanas también parece insuficiente«.

La Comisión no ha podido determinar si, a largo plazo, las empresas seguirían compitiendo en todas y cada una de las rutas en las que competían antes de la crisis, a partir de la información disponible durante la primera fase de la investigación. Sin embargo, la Comisión adopta la posición preliminar de que IAG y Air Europa siguen siendo las competidoras reales o potenciales más cercanas en los pares de ciudades de origen y destino investigados por la Comisión.

IAG y Air Europa han celebrado memorandos de entendimiento con dos compañías aéreas españolas como posibles soluciones –Iberia y Vueling-, pero han decidido no presentarlas durante la investigación inicial. La Comisión llevará a cabo ahora una investigación en profundidad de los efectos de la operación propuesta para determinar si es probable que reduzca significativamente una competencia efectiva. 

La operación propuesta se notificó a la Comisión el 25 de mayo de 2020. «IAG y Air Europa han decidido no presentar compromisos«, advierte la Comisión, que dispone ahora de noventa días hábiles, hasta el 5 de noviembre de 2021, para tomar una decisión.

Sobre este asunto se ha pronunciado la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, que se ha mostrado contundente: «Examinaremos cuidadosamente si la operación propuesta afectaría negativamente a la competencia en las rutas nacionales, de corta distancia y de larga distancia con origen y destino en España, lo que podría dar lugar a precios más elevados y a una menor calidad para los viajeros».

Jesús Ortega Echevarría

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