Brasil, el escollo que retrasa la toma del 9,9% de Telefónica por STC a 2024
Los plazos para que la compra sea autorizada por el gobierno de Lula da Silva, más restrictivo con las inversiones extranjeras, se prevén más largos
La toma del 9,9% de Telefónica por parte de Saudí Telecom tiene que pasar por el Consejo de Ministros, que ve con buenos ojos la operación pese a no haber sido informado durante meses de preparación, pero debe superar otro escollo que no se prevé tan fácil y que dilatará el proceso, según las propias previsiones de STC y como explican fuentes del sector a Economía Digital: Brasil.
El país que preside Luiz Inácio Lula da Silva tiene su propio escudo antiopas y afecta a Telefónica al ser un actor relevante de las telecomunicaciones del país. De hecho, es más restrictivo que en España pues en según que sectores, las inversiones extranjeras están directamente prohibidas. En el caso de la multinacional española, tiene que pasar por el ministerio de Economía del país, que no tiene plazos para responder.
Las fuentes consultadas confirman que los plazos suelen ser más largos en Brasil, lo que explica que STC haya puesto el primer trimestre de 2024 como periodo para el que esperan dar el salto al 9,9% de Telefónica pese a que la aprobación en España debe producirse en tres meses y, por tanto, en diciembre ya estaría siempre que no haya que aportar nueva información, algo que no se prevé por la simplicidad de la operación. Fuentes oficiales de Saudí Arabia no han precisado si sus plazos tienen que ver con los tiempos de la aprobación del gobierno de Lula da Silva.
El escudo antiopas español alcanza por los pelos a STC. Y es que fue una modificación del mismo a pocas semanas de las elecciones lo que rebajó del 10% al 5% el porcentaje que debía comprar una empresa de fuera de la Unión Europea en una española para necesitar el plácet del Gobierno en los sectores más estratégicos, como la defensa y la ciberseguridad.
Es por ello que la empresa controlada por el gobierno saudí anunció este martes la compra del 5% y condicionaba el 4,9% restante a las autorización del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Al menos, se beneficiará de otra modificación de la ley antiopas, la que redujo de seis a tres meses el plazo del Consejo de Ministros para validar la operación, si bien tendrá que esperar a Brasil.
STC ha dado todas las facilidades al Gobierno para que no le cierre la puerta de Telefónica, pues su declaración de intenciones no puede ser más buenista: apoyo a la multinacional española, sus directivos y su gestión y rechazo a tomar parte en la gestión. Si cumple, Sánchez no tienen mucho donde agarrarse para pararle los pies.
De hecho, las declaraciones de varios ministros en los últimos días dejan claro que, pese a que los saudíes no avisaron al Gobierno hasta el mismo martes por la tarde, ven con buenos ojos la operación. Nadia Calviño aseguró que defenderán los intereses de España, pero puso énfasis en varias ocasiones que también debían proteger el atractivo inversor del país. José Luis Escrivá justificó que el Gobierno no hubiera sido informado.
No puede obviarse que las relaciones diplomáticas entre ambos países son muy buenas, así como las comerciales. Varias empresas españolas construyeron el ave a la Meca, que opera la empresa pública Renfe, que también vendió sus trenes a Arabia Saudí. Otras grandes compañías de capital público, como Indra y Navantia, y privado, como Acciona y varias constructoras, tienen intereses en el país.