Ana Botín pierde 2,7M con su patrimonial pese a la subida de Santander en bolsa
Cronje, una de las sociedades de cartera de la banquera, entra en pérdidas por efectos contables y el pago de impuestos diferidos
La patrimonial de Ana Botín, presidenta de Banco Santander, regresa a las pérdidas. Cronje SL, una de las sociedades de cartera de la banquera con la que controla buena parte de su participación en el grupo, perdió 2,7 millones de euros en 2022, pese a la buena evolución de la entidad financiera en bolsa, según las cuentas reportadas al Registro Mercantil.
La empresa consiguió ganar 1,9 millones de euros en 2021, después de años en números rojos, que suman 17 millones en pérdidas acumuladas durante ejercicios anteriores en su balance. Sin embargo, los efectos contables, además de un pago de 3,3 millones de euros por el impuesto sobre beneficios, volvieron a empujar a la compañía hacia las perdidas. De hecho, el resultado antes de impuestos en 2022 fue de 619.656 euros positivos, pero Botín liquidó tributos diferidos que figuraban como activos en el balance de 2021, dejando el resultado neto en cifras negativas.
A cierre de diciembre, Cronje tenía activos valorados en 107 millones de euros, de los cuales 105 millones pertenecen a las inversiones financieras a largo plazo, es decir, al capital invertido en las diferentes compañías de su cartera. Este dato supone una reducción del 5 millón en comparación con la cifra registrada en 2021.
Desde esta patrimonial, la máxima mandataria del Santander controla alrededor de 26 millones de acciones del grupo valoradas en 92,8 millones de euros, según los cálculos elaborados por Economía Digital, así como participaciones en otras compañías como The Coca-Cola Company, de la cual es consejera. Los buenos resultados del banco cántabro y del resto de participadas le reportaron unos ingresos de 4,5 millones de euros en 2022, un 37% más que en el ejercicio anterior, elevando el resultado de explotación en más de un millón de euros hasta los 3,1 millones.
Banco Santander vivió un año de estabilidad en el mercado a lo largo de 2022, con un primer semestre de bajada progresiva, compensando por una segunda mitad del año al alza. Su valor en bolsa fue prácticamente el mismo a principios que a finales de año, rondando los 3,10 euros por título. Por el contrario, en 2023, se ha convertido en la entidad bancaria más alcista del Ibex, algo que ha supuesto una buena noticia para su presidenta, dado que ha revalorizado su posición en la empresa. A título personal, posee el 0,171% del accionariado.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el grupo venía de años de caídas progresivas, con el bajón más drástico anotado a principios de 2020, cuando una acción del banco pasó de valer 3,76 euros en febrero a 2,20 en marzo. En paralelo, Cronje perdió 27,5 millones de euros en 2020, ahondando sus pérdidas acumuladas. Desde entonces, la instrumental ha impulsado varias reducciones de capital, un tipo de operaciones que las compañías ejecutan para equilibrar sus balances.
Más allá de estas grandes corporaciones, la patrimonial controla parte del capital de la compañía especializada en fotografía y marcos de fotos, Megacuadros. En el ejercicio cerrado a marzo de 2022, los datos más recientes reportados al registro, la empresa ganó 216.405 euros, después de disparar en un 53% la cifra de negocio hasta los 1,2 millones de euros. Sin embargo, el beneficio neto se destinó a reservas legales y a compensar las pérdidas acumuladas en ejercicios anteriores, que alcanzan los 1,7 millones de euros.
El imperio de los Botín
Cronje es solo una de las empresas con las cuales Ana Botín y el resto de la familia de origen cántabro gestionan sus inversiones en el Santander, así como en otras compañías. La sociedad está controlada en su totalidad por el holding Pérgamo Inversiones, propiedad de la banquera, que tiene en cartera otras filiales que administran el patrimonio de la que está considerada como una de las mujeres más influyentes del mundo, según la revista Forbes.
La presidenta ejecutiva del Santander también es propietaria de Befimar, una compañía capitalizada en más de un millón de euros dedicada a la silvicultura. Hasta hace poco, también figuraba como administradora única de Inversora Oquendo, una firma dedicada a la gestión inmobiliaria de fincas agrícolas, pero se la traspasó enero a su hijo Felipe Morenés Botín. Morenés Botín es también el propietario de Alpha Capital FLM, una sociedad destinada compraventa y tenencia de participaciones sociales y activos financieros.
El imperio Botín sigue con el patrimonio de Javier Botín, hermano de Ana Botín y consejero del Santander. Controla Agropecuaria El Castaño, una de las sociedades de cartera de la familia, que lleva el nombre de una finca familiar y agrupa varias sociedades inversoras. Por último, Guillermo Morenés, marido de la ejecutiva del Santander, preside Nikala 2021, con la que participa en proyectos industriales y comerciales mediante la suscripción de acciones.