Botín defiende la salida del Santander de Sareb
Los bancos van dejando ver en estos días cuál será la respuesta al Gobierno, si harán una una pequeña desinversión o venderán toda la participación
El Gobierno quiere subir su participación en Sareb por encima del 45,9% actual, de hecho, quiere hacerse con el control total, aunque esto dependerá de si la banca y las aseguradoras venden su participación o buena parte de ella. El Frob envió una carta la semana pasada a todos los accionistas dando de plazo hasta principio de marzo para decidir, pero las opiniones de estas entidades son muy dispares.
Este miércoles, la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, dejaba claro que en su caso si están de salida, más que nada porque fueron los que más invirtieron en la constitución de Sareb en 2012. Botín explicaba que ellos contribuyeron con 1.000 millones de euros, de hecho, poseen un 22,23% del capital y son los máximos accionistas, pero esta inversión ya no vale nada, y está provisionada.
El consejero delegado, José Antonio Álvarez añadía que «están colaborando con Gobierno» y recordaba que la Sareb tiene una vida limitada hasta el 2027, así que este momento iba a llegar igualmente.
Hace solo unos días, el presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri, también reivindicaba que su entidad invirtió casi 600 millones de euros, de hecho son el segundo accionista de referencia con el 12,24% del capital y al igual que el Santander y el resto de entidades, pasado el tiempo, se han provisionado estas inversiones «porque se han perdido».
En este sentido, recordaba que durante este mes cada entidad debe estudiar con detalle si acude o no a la oferta y si lo hace, decidir con qué porcentaje. En su caso, «será el consejo quien tome la decisión que corresponda cuando toque». Pero a su vez, aprovechaba para destacar que cuando se creó la Sareb, «que fue en gran parte requerimiento de Bruselas», se hizo porque había tensión sobre la prima de riesgo y emitir deuda pública.
De manera que surgió la necesidad de que existiera una entidad privada que se encargara de gestionar los activos inmobiliarios problemáticos de los bancos rescatados y fue entonces cuando se reclamó la presencia de inversores individuales. La banca «acudió para afianzar al sistema», sin embargo, «nadie pensó que fuera un gran negocio», se hizo, para apoyar la estabilidad del negocio financiero. En cuanto a la compensación fiscal por salir de Sareb, indicaba que el volumen de impuestos, por los activos diferidos, alcanza los 170 millones por parte de Caixabank.
El consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno también se pronunciaba sobre el contexto en el que nace y cómo está siendo la salida, en la rueda de prensa de resultados del pasado jueves. «Había una crisis fortísima, con la prima de riesgo desorbitada y una situación de gran tensión, fue duro pero permitió solventar la situación».
El CEO cree que como ciudadanos «la historia es positiva», aunque el coste ha sido muy elevado para la sociedad y las cuentas de resultados de los bancos, de hecho, tienen provisionado en un euro la salida del Sabadell de Sareb. Sin embargo, no contemplan salir al completo ni creen que el Gobierno deba hacerse con el control total.
El banco catalán cuenta con el 6,61% del capital social y son los terceros accionistas de referencia. «Estamos en conversaciones para que haya una pequeña desinversión, para que el gobierno alcance un 50% y pueda gestionar la Sareb con más soltura», explicaba.
Bankinter, que tiene una participación mucho más pequeña, del 1,3%, tiene más claro que la banca está salida, pero en su caso, el impacto «será pequeño». Así lo señalaba la consejera delegada, María Dolores Dancausa, hace unos días: «diría que es una la crónica de una historia anunciada, es un fin ya anticipado por los bancos».
En este sentido explicaba que cuando se creó el ‘banco malo’ se sugirió a la banca que aportaran dinero para esta iniciativa y ellos, no tienen nada de que quejarse. «En ese momento Bankinter tenía poco crédito promotor y pocos activos improductivos pero nos dijeron que pusiéramos dinero y lo hicimos, afortunadamente ya tenemos todo provisionado y no va a haber impacto en cuenta».
Asimismo, añadía que la entidad quiso participar en su capital, pero la cuota es baja y como «esto ya se veía venir» lo tenían deteriorado desde hace tiempo a valor cero y cualquier impacto es positivo. «Es un céntimo por acción, el impacto será pequeño».