Borges gana un 8% más tras facturar 701 millones de euros

La compañía productora de aceite y frutos secos asegura que solo ha trasladado al precio final el 50% del incremento de costes

David Prats, CEO y presidente de Borges. Borges

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Borges sale reforzado de la pandemia. El fabricante de aceites y frutos cerró el ejercicio 2021-2022 finalizado en mayo de 2022 con un incremento del 8% de sus beneficios hasta los 27,5 millones de euros. La empresa disparó la facturación un 25,6% por el efecto tanto de un mayor volumen de ventas como en un incremento de los precios hasta superar los 701 millones de euros.

Según ha explicado el CEO y presidente del grupo alimentario, David Prats, en una rueda de prensa, este crecimiento fue derivado de un cambio del mix de ventas en canal, pero mayoritariamente gracias a la reapertura de la hostelería tras la pandemia. En el ejercicio anterior, cerrado a mayo de 2021, aún se vio impactado por las restricciones más exigentes para hacer frente a la pandemia.

Por tipos de productos, los aceites copan un alto porcentaje de las ventas de la compañía, con el de semillas representando el 48% y el de oliva avanzando el 31%. Los frutos secos alcanzan el 12% y el 9% restante pertenece a los vinagres, aceitunas, pastas, salsas y encurtidos. La mayoría del negocio de la empresa, el 65% de las ventas, proviene de su mercado internacional, destacando Francia, Estados Unidos, Brasil e India.

Este incremento de la facturación le permitió alzar un 22% el ebitda ajustado hasta los 48 millones de euros– Además, redujo la deuda de 11 millones de euros hasta los 74 millones, gracias a una «gestión óptima» del capital circulante y una capitalización de beneficios. Borges reparte dividendos, pero también destina parte de las ganancias a la reinversión.

Borges no ha repercutido todos los costes

A dos meses de finalizar el ejercicio vigente, Prats reconoce que la subida de los costes implicará un crecimiento menos pronunciado de sus resultados. El presidente del fabricante de alimentos asegura que solo han trasladado el 50% del aumento de los costes, para evitar un incremento desorbitado de sus precios, lo que afectará a los márgenes.

Aun así, la compañía propiedad de la familia Prats no vaticina una situación «desastrosa» por la diversificación de productos y geografías, uno de los factores que permite capear el incremento de los gastos. «El 65% del negocio es exterior, la inflación no es igual en todas los países y las sensibilidades también son diferentes», ha añadido. Por ejemplo, Borges exporta aceite de oliva a Singapur, un producto que no forma parte de la dieta habitual del país asiático, por lo que es menos sensible a la subida de los precios.

Sobre el impacto de la guerra en Europa, Prats ha explicado que han tenido que adaptarse al estallido del conflicto bélico y buscar nuevos productores, puesto que Ucrania es «el granero de Europa». Borges también está sufriendo las consecuencias de la sequía en sus fincas, que ya está incrementando aún más los precios de sus alimentos. Para hacerle frente, la compañía ha impulsado medidas para optimizar la gestión del agua y reducir un 35% su consumo.

De cara al futuro, el grupo alimentario espera disparar la facturación hasta los 1.000 millones de euros y doblar el resultado en los próximos cinco años. Para sentar las bases del crecimiento, Borges invertirá 108 millones de euros, de los cuales el 40% se destinaran a campañas de márquetin y el 60% restante destinado a los activos físicos.

Aunque su directivo no ha entrado en detalles, la compañía está negociando distintas operaciones de compra para crecer de forma inorgánica, además de preparar su entrada en África. Por otro lado, la empresa familiar invertirá 30 millones de euros a la instalación de placas solares en todos sus centros y a otras medidas de eficiencia energética en sus distintos centros productivos, como la economía circular.

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