Blackstone sube precios hasta el 70% y alquila pisos por meses para salvar sus cuentas
El fondo de inversión está incrementando los arrendamientos entre un 38% y un 70% en viviendas que antiguamente eran de protección pública
Tras la burbuja inmobiliaria que desencadenó la crisis económica de 2008, los fondos de inversión compraron a la banca un gran número de viviendas en España. Se trataban de activos tóxicos, procedentes de hipotecas fallidas y casas embargadas que estas empresas compraron en grandes paquetes y con millonarios descuentos a las principales entidades financieras del país.
Estas adquisiciones convirtieron al fondo estadounidense Blackstone en el principal propietario de pisos de España. No existe un recuento exacto, pero se calcula que tiene unas 40.000 viviendas en la nación, que gestiona a través de seis inmobiliarias. Pese a parecer un negocio de lo más lucrativo, la mayoría de estas sociedades han registrado pérdidas en el último año, por lo que el fondo ha empezado a poner en marcha agresivos planes de precios para revertir sus cuentas.
Según del portal Idealista, en la Comunidad de Madrid el precio medio del alquiler se situó en setiembre sobre los 15,20 euros por metro cuadrado. Esta cifra representa un 9% más que en el mismo mes del año pasado por la inflación y un 38% más que a principios de la década de los 2010 cuando se realizaron estas adquisiciones. En este contexto, Blackstone está proponiendo a sus inquilinos unas subidas de rentas que pueden ser de entre el 38% hasta un 70%.
Es el caso de los 300 inquilinos de bloques de pisos de municipios de la comunidad como Getafe, Alcorcón, Torrejón, Aranjuez, y de barrios de la capital como Vallecas y Carabanchel. Según explica el Sindicato de Inquilinas, Blackstone compró estas viviendas de protección pública durante la crisis del tocho beneficiado por la regulación de socimis implementada en el país. Ahora que finalizan estas protecciones, el fondo está incrementando los alquileres en cifras situadas dentro de este intervalo.
El colectivo está intentando negociar con sus inmobiliarias por las dificultades de los arrendatarios de afrontar estas subidas de precios. Estos casos presentan incrementos particularmente elevados por tratarse de antiguos regímenes públicos, pero que el aumento de las rentas por parte de los fondos de inversión en la capital es un fenómeno generalizado por el contexto inflacionista, la alta demanda y el estado del marcado.
Contratos temporales
Por otro lado, la estrategia del mayor propietario del país en Barcelona es un tanto diferente. En la capital catalana, los fondos de inversión como Cerberus, el mismo Blackstone y algunas inmobiliarias, están apostando por hacer cambios en el tipo de contrato. Al ser más lucrativo, las compañías han decidió no renovar los contratos a sus antiguos arrendatarios y optar por los alquileres temporales de 1 a 11 meses cuya renda pueden incrementar una vez finalice su vigencia, según explican desde el Sindicat de Llogateres.
Esta medida les permite convertirse en una especie de Airbnb que capta a un perfil de cliente muy específico: personas que vienen a pasar una temporada en la ciudad y pueden permitirse alquileres de más de 2.000 euros al mes. Sin embargo, al no tener la capacidad de renegociar sus rentas tan amenudo, esto deja fuera al arrendatario habitual del inmueble. A demás, cada vez que caduca el acuerdo hay que pagar gastos de gestión a la inmobiliaria, lo que incrementa aún más el gasto.
Sus socimis, en pérdidas
Estas polémicas medidas podrían comportar un giro en los números rojos de las socimis de Blackstone: Anticipa, Aliseda, Testa, Albirana, Fidere, Torbel y Euripo. Solo una de ellas, Albirana, ganó dinero en 2021, mientras algunas ni siquiera ha presentado aun las cuentas del año pasado al registro mercantil.
Las dos mayores inmobiliarias del fondo, Testa, que acumula 20.000 activos; y Aliseda perdieron conjuntamente cerca de 80 millones. La primera, con 74,5 millones de cifra de negocio perdió 46,3 millones, 3 millones menos que el año anterior. La segunda perdió 30,9 millones, 3 millones más que en 2020, tras dejarse 13 millones de facturación, hasta los 110 millones.