Blablacar gana el primer asalto con Amovens: se lleva el juicio a Francia
La justicia determina que los tribunales franceses son los competentes para cerrar su frente con Amovens por espionaje informático y competencia desleal
El primer escollo en el enfrentamiento abierto que mantienen Blablacar y Amovens se ha superado. La justicia ha determinado que serán los tribunales franceses los que dicten si la compañía de coche compartido líder en España incurrió en espionaje industrial y competencia desleal contra su principal rival.
Así se desprende de la resolución del Juzgado nº 2 de lo Mercantil de Madrid, en fecha 7 de junio, donde se establece que la jurisdicción española no es la competente, tal y como reclamó la startup francesa.
Sus razones se fundamentaban en que, en todo caso, los tribunales del país vecino debían asumir el caso porque las infracciones relatadas por Amovens no se cometieron desde la sociedad subsidiaria, sino desde la matriz del grupo, Comuto.
El frente se abrió en junio del pasado año. Amovens, principal competidor en el servicio de coche compartido, acusó a Blablacar de utilizar un bot automatizado para extraer información –a través de una técnica conocida como screen scraping– de su página principal.
La empresa española consideró que se incurrió en competencia desleal y espionaje informático, por lo que pidió que condenaran a la francesa a cesar en dichas prácticas y asumir el pago de las costas del procedimiento.
Amovens detectó 31 accesos en cuatro meses de un bot que quiso extraer información
Desde la firma dirigida por Mario Carranza explicaron a Economía Digital cómo detectaron un incremento del tráfico de datos informáticos de la plataforma, hasta el punto de temer que llegaría a saturar los servidores. «Vimos que un usuario sin actividad lanzaba miles de consultas para extraer de forma masiva información detallada de las diferentes rutas, como el número de ofertas, los precios y otras condiciones económicas», afirman.
En total fueron 18 accesos durante los meses de marzo y abril y otros 13 durante mayo y junio. Los peritos informáticos comprobaron que las peticiones se hacían desde un servidor con “una dirección IP que coincidía con la de Comuto Francia”. Más tarde, añaden, sofisticaron su método. utilizaron IPs dinámicas e IPs propiedad de grandes empresas, que son más difíciles de rastrear y en las que no figura el nombre de ningún titular.
¿Qué dice Blablacar? La empresa no ha respondido a las preguntas de este medio desde la publicación de esta noticia. La startup siempre se ha limitado a asegurar que su actividad se enmarca “dentro de la más absoluta legalidad”.
Amovens ya tiene un millón de usuarios… pero Blablacar tiene cinco
La pugna sigue fuera de los tribunales. La startup, que fue adquirida por la danesa GoMore en 2015, cerró el pasado año una ronda de financiación de cinco millones. El dinero sirvió para combatir a Blablacar en su propia ‘casa’, Francia, donde estrenaron el servicio y destinaron más de la mitad del capital recibido.
Sobre el terreno de juego, las posiciones siguen prácticamente iguales. Blablacar anunció el 18 de junio que había alcanzado los cinco millones de usuarios, por lo que sigue líder con un poco más de distancia.
Amovens, por su parte, ha llegado al millón de usuarios gracias, en parte, a que la empresa francesa empezó a cobrar comisiones en su servicio de coche compartido.Además, sigue dando síntomas de crecimiento: ha diversificado su negocio con el servicio de renting y anunció hace menos de 20 días un acuerdo con la aseguradora Allianz para crear un nuevo seguro para los viajes compartidos.
Blablacar, un gigante en los tribunales
Que Blablacar se siente en el banquillo no es una novedad. Y parece que no le preocupa. El pasado enero de 2016 ganaron el que era hasta entonces el enfrentamiento más importante que había tenido: el juicio contra la patronal de autobuses Confebús.
La justicia desestimó las medidas cautelares y falló en favor de la compañía de carsharing, entendiendo que ésta «realiza una actividad ajena a la regulada por la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres (LOTT)”, tal y como figura en la sentencia.
La patronal acusó a los usuarios de Blablacar de realizar una actividad de transporte profesional sin licencia, de ser intermediario de una actividad de transporte profesional sin licencia y de ser culpable del descenso del 20% de la actividad del autobús.