Bimbo ya exprime la compra de Panrico
El grupo de alimentación mexicano gana dinero en Europa tras años de pérdidas "como resultado de las sinergias obtenidas de la adquisición de Donuts Iberia"
Tras un lustro de integración, Bimbo ya comienza a poner a tono las fábricas de Panrico. Tras años de admitir complicaciones financieras, el grupo mexicano ya rentabiliza su inversión y ya presume de que fue buena idea invertir en España.
Si en la presentación de los resultados del segundo trimestre de 2019 ya destacó la caída de los costes de la integración y la obtención de las primeras sinergias en el país con el fabricante de marcas como Donuts, Donettes y Bollycao, al cierre del ejercicio celebró dejar de perder dinero en Europa «como resultado de las sinergias obtenidas de la adquisición de Donuts Iberia»
La cúpula de Bimbo abandona así las hostilidades contra la operativa en España. En febrero la dirección situó al mismo nivel “los retrasos de la integración en España” que la inflación en Estados Unidos y los problemas económicos que azotan Brasil y Argentina. A comienzos de 2018 incluso se llegó a afirmar que el crecimiento orgánico de la empresa se estaba golpeado por “los retrasos generados por la integración en Iberia”.
Comienza a despejarse el horizonte de contratiempos, que comenzaron cuando Competencia le obligó a deshacerse de la división de pan de molde, que terminó por vender a Adam Foods –elaborador de marcas como Cuétara y Artiach–.
Desde entonces, la factura no dejó de crecer. A falta de los resultados de 2018, las cifras de 2017 de su filial española revelaron unas pérdidas de 226 millones de euros, prácticamente cuatro veces más que en 2016.
A partir de la compra de Panrico, los números rojos se dispararon hasta los 340 millones de euros; una realidad que tuvo que ser sofocadas con ampliaciones de capital periódicas realizadas por la matriz norteamericana. En 2017, por ejemplo, fueron 11 las inyecciones.
Inversiones de Bimbo en España
El grupo mexicano celebró la semana pasada las “sinergias obtenidas” por primera vez en años, y los síntomas ya se notan en las plantas del antiguo grupo español, hasta ahora olvidadas. En pocas semanas, las fábricas de Santa Perpetua de la Moguda (Barcelona) y Puente Genil (Córdoba) recibieron nuevas inversiones.
La compañía anunció en 2019 una inyección de 30 millones de euros en la instalación andaluza con tal de ubicar una nueva línea de producción de panes para hamburguesas y de perrito caliente después de adquirirla en 2015 al hacerse con la división de dulces de Panrico por 190 millones de euros.
El centro, que sumará el nuevo producto a la elaboración de bollería, como Donuts y Bollycao, y pan de molde, comenzará a colocar la nueva maquinaria a partir de la segunda mitad del año 2020, informó la empresa en un comunicado.
Así, el grupo de bollería mexicano logra aplacar los ánimos de una plantilla, que ya se había mostrado crítica en varios ocasiones por la falta de productos desde hace tiempo. Ya hace un año, fuentes sindicales denunciaron a Economía Digital que la planta funcionaba “al 50% tras cerrarse la principal línea de fabricación”.
Desde entonces, Bimbo se dedicó a recortar gastos, lo que le valió una denuncia del sindicato UGT ante Inspección de Trabajo por la “externalización encubierta de puestos de trabajo” en el centro.