Bimba y Lola pierde la guerra contra los falsificadores
A pesar de abanderar una implacable campaña contra los plagios, sólo logra endosar multas inferiores a cien euros a sus imitadores
Bimba y Lola no ha logrado todavía trasladar de forma rotunda al ámbito judicial su importante éxito de ventas y un meteórico crecimiento empresarial. La firma textil de las hermanas María y Uxía Domínguez ha cosechado lo que hasta ahora pueden considerarse pírricas victorias en los tribunales en algunos de los procedimientos incoados para el reconocimiento y defensa de su marca y de su propiedad industrial e intelectual.
Todo ello, en contraste al hecho de que la empresa gallega se ha destacado desde hace al menos un par de años por ser una de las enseñas más combativas en la erradicación de productos falsos, actividad que ha tildado como «una de las mayores lacras que sufre el sector de la moda». Sólo en 2013, la marca gallega presentó 120 denuncias y, según sus datos, fueron intervenidos cerca de 12.000 objetos pirateados de Bimba&Lola.
Dos euros al día
En dos recientes sentencias de la Audiencia Provincial de Madrid, dictadas para resolver recursos de apelación contra infracciones cometidas por vendedores de productos plagiados de Bimba y Lola, los acusados fueron condenados a multas inferiores a 100 euros, pagadas a razón de dos o tres euros al día a lo largo de un mes. Las sentencias dictadas en su momento por juzgados de lo Penal de Madrid fueron confirmadas por los órganos jurisdiccionales provinciales, desestimando en los fallos las impugnaciones presentadas por los condenados.
Estos lo fueron a título de falta y no de delito, por cuanto lo intervenido por las fuerzas del orden público fue, en ambos casos, tasado en menos de 400 euros. Bimba y Lola no fue parte en ninguno de los dos procedimientos, ya que fue impulsado de oficio por el Ministerio Fiscal, y, por tanto, no tuvo derecho a indemnización.
114.000 objetos intervenidos
Los objetos imitados intervenidos no eran exclusivamente -aunque sí de forma mayoritaria- de la marca gallega, sino que la policía se incautó de productos de otras enseñas emblemáticas como Carolina Herrera –de Sociedad Textil Lonia, como Bimba&Lola, propiedad de familiares de Adolfo Dominguez–, Prada y Chanel, reiterativamente copiadas por numerosos fabricantes clandestinos. Según datos del Ministerio del Interior, en España se interceptaron en 2013 algo más de 5 millones de objetos imitados, con un valor económico cercano a los 850 millones de euros.
En el caso de Galicia, los productos incautados se elevaron a 114.000, en cerca de 90 operaciones policiales realizadas en el ámbito de la comunidad autónoma. Según el Ministerio del Interior, el 24% de los productos falsificados que fueron intervenidos eran del sector textil y casi el 40% correspondieron a relojes y joyería.
Venta en mercadillos
Bimba y Lola, a decir de algunas voces del sector, se ha destacado por protagonizar una implacable lucha contra los productos que piratean sus artículos, en especial sus bolsos y carteras de mano, mecánicamente plagiadas en los últimos años. Estos productos pueden verse y comprarse sin rubor en numerosos mercadillos callejeros, tanto en aquellos que son improvisados como en los que ya tienen unas fechas determinadas en el calendario.
Economía Digital ha podido verificar en concreto que estos productos imitados e ilegales también son vendidos en ferias y mercadillos del norte de Portugal. Los precios de estos bolsos o carteras son irrisorios, y no dejan lugar a dudas de que, los que se exponen para su venta, corresponden a una marca ficticia y no se ajustan a los parámetros de calidad de la marca propiedad de las wondergirls del clan Domínguez.
Armas y terrorismo
La firma de moda ha enarbolado la bandera de la propiedad intelectual e industrial para combatir estas practicas ilegales y económicamente muy perjudiciales, pero, al parecer, de poco les ha valido de momento su lucha sin cuartel contra la poderosa bandera pirata, que campa a sus anchas en el mundo de la moda.
«Comprar un artículo falso -según enfatiza lo que puede considerarse la declaración de guerra de Bimba&Lola contra el pirateo- no sólo implica adquirir un objeto que utiliza ilegalmente un nombre ajeno para comerciar, sino que esconde detrás delitos graves como el tráfico de armas, la extorsión o el terrorismo. Las falsificaciones acarrean únicamente consecuencia negativas, tales como la destrucción de puestos de trabajo y la exclusión social», subraya la firma de moda.