Bienvenidos a las rebajas de verano más austeras

Los empresarios prevén facturar menos que en 2012, pese a contar con más 'stock'

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Este lunes, la mayoría de comercios colgarán el cartel de rebajas. Lo harán con descuentos que oscilarán entre el 20% y el 70%. Los empresarios quieren deshacerse del 60% de stock –algo superior al que acumularon en las rebajas del verano pasado– que no han podido vender en los últimos meses. Pero las gangas se dirigen a unos clientes marcados por la austeridad de sus bolsillos.

Los españoles gastarán menos de 50 euros frente a la media de 60 euros desembolsados durante la temporada anterior, según la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU).

Más impuestos

El secretario general de la Confederació Catalana de Comerç (CCC), Miquel Àngel Fraile, reconoce que “ni el clima político, ni económico ni meteorológico” van a ayudar a registrar unas ventas tranquilas este verano.

“Con la subida de impuestos como la del IRPF no facturaremos la misma cifra que el año pasado”, augura Fraile. Pero los incrementos impositivos no son los únicos factores que harán que los españoles se lo piensen dos veces antes de ir de rebajas.

Desconfianza de los consumidores

La inestabilidad laboral, la desconfianza de los consumidores y la pérdida de poder adquisitivo también marcarán la campaña. Pese a los agresivos descuentos previstos para este verano, los españoles mirarán con lupa cada uno de los chollos.

Las rebajas estarán también condicionadas por la liberalización del sector aprobada por el Gobierno el pasado julio. Los comercios pueden aplicar descuentos cuando consideren oportuno sin necesidad de ceñirse a las dos temporadas habituales. La fórmula utilizada es la de las promociones que compañías como Blanco han utilizado en los últimos días para adelantar las ventas en sus establecimientos.

Normativa catalana

Aunque Catalunya mantiene el pulso al gobierno central. El partido del Ejecutivo catalán (CiU), junto a su socio (Esquerra Republicana), entregaron en el Parlament una nueva propuesta de ley de horarios comerciales pendiente de votación. En su mayoría recupera las medidas del decreto suspendido por el Tribunal Constitucional.

La Generalitat defiende que el máximo de horas semanales sean 72 frente a las 90 que establecidas a nivel estatal, así como abrir los comercios durante ocho festivos frente a los 10 establecidos por el Gobierno.

Pero el comercio catalán no es el único que busca conservar el proteccionismo que le caracteriza y, con ello, el negocio de proximidad. La Confederación Española de Comercio también cuestiona el modelo liberalizado tan arraigado en Madrid.

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