El Banco de España advierte que la inflación, los tipos y el impuesto reducirán los resultados de la banca
El Banco de España reconoce que la situación actual de la banca es mucho más favorable que en la crisis financiera de 2008 pero ve riesgos
El Banco de España reconoce que la situación actual del sector bancario es mucho más favorable que en la crisis financiera de 2008, pero advierte, el entorno macrofinanciero global puede tener «un impacto significativo negativo sobre la cuenta de resultados de los bancos«. La inflación, la subida de tipos de interés y el nuevo impuesto que el Gobierno quiere aplicar a las entidades «aminorará» dichas cuentas, expresa el supervisor en su último Informe de Estabilidad Financiera.
En las pruebas de resistencia que el Banco de España ha realizando a las entidades para comprobar cómo se comportarían si el escenario actual empeora- un mayor decrecimiento del PIB, inflación y empeoramiento de las condiciones financieras-, el supervisor concluye que la solvencia del sector se mantendría en niveles adecuados, «pero con heterogeneidad entre las entidades«.
El incremento de los tipos de interés, por ejemplo, que seguirán este 2022 y en 2023, tendrán efectos contrapuestos. Mejorará el margen de interés de la banca, pero también hará elevar las provisiones del sector para estar preparados ante futuros impagos. «Si las subidas ocurren dentro de un escenario adverso, con contracción del PIB y tensionamiento de las primas de riesgo, los resultados indican un efecto neto negativo sobre la rentabilidad y el capital del sector«, apunta el informe.
La inflación reducirá la capacidad de pago de familias y empresas
El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos también avisa de que el aumento de los tipos de interés elevará los ingresos de los bancos, pero a su vez, presionará al alza sus costes de financiación. Hasta ahora la banca no ha trasladado de manera agresiva la subida de tipos a sus clientes, pero «es esperable que se produzcan mayores traslaciones futuras», que serían más elevadas en escenarios macrofinancieros más adversos.
Si aumentan los costes de financiación a hogares y de empresas (es decir, que la banca empieza a prestar dinero con un mayor interés) y se desaceleran los ingresos de estos por la elevada inflación, se reducirá su capacidad de pago, lo que llevará a la banca a hacer más provisiones en estos meses por si sube la morosidad.
Asimismo, el supervisor recuerda que actualmente se encuentra en discusión en el Congreso una propuesta de Ley para poder aplicar un nuevo gravamen temporal (en 2023 y 2024) sobre los bancos que alcanzasen un determinado nivel de ingresos por intereses y comisiones en 2019, en concreto 800 millones de euros.
La base del gravamen será el margen de intereses y las comisiones netas que obtengan en los resultados de 2022 y 2023 y el tipo impositivo, del 4,8%. El objetivo del Gobierno es recaudar 1.500 millones de euros en cada año, pero el BdE advierte «minorarían la cuenta de resultados del sector».
Por todos estos motivos, el supervisor destaca en su informe que las entidades bancarias, ante la extraordinaria incertidumbre actual, deben mantener un posicionamiento prudente, con un reconocimiento adecuado y temprano de los riesgos, que preserve la confianza en el sector y la capacidad de sostener el flujo de financiación a la economía.
Y en particular, ve fundamental que mantengan una elevada prudencia en sus políticas de provisiones y de planificación de capital.
La subida de tipos y la inflación presiona a empresas y hogares
El informe de estabilidad financiera señala que, la fuerte desaceleración económica que se anticipa para los próximos trimestres también podría impactar negativamente sobre la situación económica y financiera de las empresas y hogares.
Conforme se prolongue e intensifique el aumento de los tipos de interés, y sea necesaria la renovación de la deuda empresarial con plazos más cortos, «se anticipa un mayor repunte de los riesgos de liquidez y de la presión financiera sobre las empresas«.
Sin embargo, la obtención en años recientes de financiación a medio y largo plazo mediante préstamos con garantía pública, como los ICO, en un porcentaje elevado a tipo fijo, mitigaría estos repuntes.
En los hogares, la elevada inflación también está aumentando el grado de presión financiera soportada, según el BdE. La evolución positiva del empleo de los últimos trimestres ha hecho que la renta bruta disponible haya continuado creciendo, sin embargo, la fuerte alza de los precios de consumo «supone una merma del poder adquisitivo de las familias», especialmente en el caso de aquellas con menores ingresos.
Por este motivo concluye que los hogares que cuentan con un colchón de liquidez más holgado estarían absorbiendo el impacto de la inflación mediante un menor ahorro, sin modificar su gasto en otras partidas. Y por el contrario, los que cuentan con una liquidez más escasa (mayoritariamente, los de rentas bajas) estarían compensado el aumento de los precios mediante la disminución de su gasto en bienes no energéticos.