BBVA rebusca en la jurisprudencia para escabullirse de las cláusulas suelo
La entidad se aferra al principio de 'cosa juzgada', con la sentencia del Supremo de mayo de 2013, para obviar devolver el dinero cobrado hasta esa fecha, ante una posible revisión de la retroactividad desde la firma del préstamo
«Con independencia de lo que pueda pasar, no tiene sentido que una cosa juzgada lo sea otra vez», reiteraba, en la presentación de resultados del tercer trimestre de 2015, el consejero delegado de BBVA, Carlos Torres Vila, en relación a la cuestión prejudicial sobre la que se ha posicionado la Comisión Europea, a requerimiento del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE).
Lo hacía Bruselas en el sentido de que, si una cláusula suelo es nula, no debe haber retroactividad limitada, y el reintegro de las cantidades cobradas indebidamente por los bancos debe extenderse al momento de firmarse el préstamo.
El clavo ardiendo del Supremo
Ante la nueva deriva del asunto, BBVA se aferra como un clavo ardiendo a la sentencia del Tribunal Supremo, de mayo de 2013, que obligó a la entidad presidida por Francisco González –además de Cajamar y Abanca– a anular todas las cláusulas suelo de sus hipotecas, pero limitando la retroactividad a esa fecha, dejando al margen la devolución de las cantidades cobradas ilegalmente hasta entonces.
En este tercer trimestre, el impacto de la eliminación de los suelos también se ha hecho efectivo sobre CatalunyaCaixa, una vez integrada la entidad catalana en el balance de BBVA.
Resultados atípicos
Al margen de las cláusulas suelo, el aumento de la participación del banco turco Garanti –para lo bueno y para lo malo– y el devenir del negocio en España, con la consolidación en el balance de CatalunyaCaixa, explican unos resultados atípicos, de pérdidas en el trimestre de 1.057 millones de euros, básicamente por el efecto contable negativo de 1.840 millones que ha supuesto la toma de control del banco otomano.
Una compra que llega en un momento de tensión en Turquía, tanto por el riesgo geopolítico que sufre el país por la guerra en Siria, como, a nivel interno, con unas elecciones –las del próximo domingo– sobre cuyos resultados existen grandes incertidumbres.
«Debería ser una ocasión única para clarificar el panorama», confiaba el consejero delegado, reiterando que la perspectiva de negocio de BBVA en Turquía «no ha cambiado porque es un mercado muy atractivo a medio y largo plazo y nosotros hemos comprado Garanti, el mejor banco del país más allá del cambio contable», refiriéndose a la depreciación experimentada por la lira turca.
Tres millones de clientes en Cataluña
Respecto a España, la situación política que se vive en Cataluña –justo ahora que el BBVA ha apostado fuerte en la comunidad tras comprar Unnim y CatalunyaCaixa– no está pasando desapercibida para los responsables del banco, al suponer ya cerca del 30% del negocio en España y contar con tres millones de clientes, la mitad aportados por la antigua caja de la Diputación de Barcelona.
Y, de momento, las consecuencias de una posible secesión en Cataluña no se aprecian. «En el tercer trimestre hemos crecido en clientes vinculados y ganamos algo de cuota de mercado, entre cinco y 10 puntos básicos», apuntan desde la entidad.
Respecto al incremento del personal en España, de 28.600 a 33.400 empleados en el trimestre por la integración de la filial, el consejero delegado aprovechó para reiterar que esta plantilla no se puede mantener y que, entre las condiciones de la compra, figuraba la reducción de personal, que «se está negociando», matizaba Torres.
El peso de España
Al margen de Cataluña, los resultados del banco en España son buenos –con esos beneficios de 1.100 millones de beneficios, un 32% más– «pero podrían y tienen que ser mejores para el peso que tenemos», comentaba Torres, tras señalar que México, con un menor tamaño, gana 400 millones más.
En este contexto, la actividad inmobiliaria sigue pesando de manera negativa, con unas pérdidas de 407 millones. «Seguiremos así en 2016 y será ya en 2017 cuando podamos tener un impacto positivo», vaticinaba.
Fusiones y cajeros
En cuanto a las fusiones, y tras apuntar que, tras las últimas adquisiciones «nos hemos quedado con una cuota de mercado del 15%, señalaba el consejero delegado de BBVA que «no nos planteamos nada a futuro, pero si hay entidades que pueden ser compradas lo veremos y, si tiene sentido, haremos una oferta».
A diferencia de lo que un día antes dejaba caer el Santander, de que seguirían cobrando los dos euros a los no clientes por sacar dinero de sus cajero, en contra del criterio del real decreto del Gobierno, en BBVA se muestran más cautos. «No tenemos ningún afán recaudatorio y estamos en fase de análisis para concretar una decisión», apuntaba Torres.