BBVA planea un ERE para 3.000 trabajadores

BBVA prepara su primer ERE que afectará a 3.000 trabajadores, el 10% de la plantilla. Hasta ahora la compañía había realizado ajustes mediante bajas voluntarias y prejubilaciones. Pero ahora, como consecuencia del fuerte impulso digital ocasionado por el coronavirus y el hecho de que el banco gozará en los próximos meses una fuerte inyección de recursos por la venta de la filial de los Estados Unidos, la entidad ha tomado esta decisión.

Así lo ha adelantado este miércoles Expansión, que ha explicado que el coste de este recorte será asumido con los 8.500 millones de euros de capital que ha obtenido la empresa con la operación realizada al otro lado del Atlántico, que espera recibir las autorizaciones necesarias antes de otoño. Esta cantidad de dinero servirá también para pagar un dividendo y llevar a cabo un programa de recompra de acciones.

Esta noticia, que todavía no ha sido comunicada a los sindicados, según el citado diario, pilla por sorpresa a los empleados. El consejero delegado, Onur Genç, había negado en varias ocasiones la intención de llevar a cabo un expediente de regulación de empleo, al contrario que sus competidoras, pero la pandemia ha hecho estragos.

Además, Genç ya anunció durante la presentación de resultados la intención de la entidad de ajustar el personal (en un millar de empleados al año) y de llevar a cabo la mayor disminución en la red de oficinas realizada hasta el momento (cerca de 2.000 sucursales echarán la persiana). Por lo tanto, el resultado será un ERE que se aplicará en la primera mitad de este año.

BBVA sigue los pasos de sus competidoras

De esta forma, BBVA sigue los pasos del Santander y Caixabank, que en 2019 recortaron su plantilla a través de un expediente de regulación de empleo. La entidad que preside Ana Botín incluso repitió medidas en 2020 y anunció un acuerdo para cerrar 1.033 sucursales y la salida de 3.572 empleados en España.

Al cierre de 2020, el Sabadell también tomo medidas para la salida de 1.800 empleados. La compañía catalana puso en venta parcial su cartera de deuda pública para obtener financiación con las plusvalías generadas.

Ibercaja también se estrenó en diciembre del año pasado con un ERE. Hasta el momento no contaba con los recursos necesarios, pero alcanzó un acuerdo con los sindicados para el cierre de casi 200 oficinas y la salina de 750 personas.

Lo mismo ocurrirá tras la futura fusión Caixabank-Bankia, que se espera que se materialice en marzo. La nueva entidad negociará un acuerdo con los sindicatos para reducir la plantilla en torno a los 8.000 trabajadores y proceder al cierre de muchas oficinas que solapan tareas tras la alianza de los dos bancos.