BBVA hace saltar las alarmas en Perú y Turquía al margen de la crisis política y el terremoto
Los malos resultados en la captación de clientes solo son el síntoma de unos mercados con serios problemas
BBVA se encuentra satisfecha, pero a medias. La entidad presidida por Carlos Torres ha presentado los resultados financieros del primer trimestres del año, y uno de los apartados que genera cierta intranquilidad en la compañía tiene que ver con la captación de clientes que se ha estancado con respecto al ejercicio anterior. Para ello se ha aludido a una situación puntual, aunque el banco asume ciertos riesgos existentes.
En concreto, la compañía ha captado en estos tres primeros meses del año 2,6 millones de clientes. Una cifra exactamente igual que el primer trimestre de 2022. En la comparecencia pública para explicar las cuentas, el CEO de BBVA, Onur Genç ha querido exponer que se trata de «un crecimiento, sobre un crecimiento. 2,6 millones sigue siendo una cifra enorme», se ha excusado.
Además, el consejero delegado de la entidad azul ha añadido que «hay formas de crecer de manera muy rápida, como bajar el precio de los créditos. Nosotros queremos crecer en la base de clientes».
No obstante, la explicación de todo «tiene que ver con Turquía y Perú». Por ejemplo, en el país otomano, Genç ha matizado que la caída del 14% ha sido por el terremoto, durante un mes y medio toda la parte de marketing digital se detuvo. Misma explicación para Perú, con una caída en la captación del 13% durante el primer trimestre, explican desde la compañía que hubo una gran conflictividad social con el cambio de Gobierno, y ahí también se han parado las acciones de marketing.
Por el contrario, el CEO de BBVA ha señalado que «en todos los demás países las cifras son positivas. En México se ha crecido, y en España también se ha crecido. Así que, en general, se puede decir que va bien, y que el aplanamiento viene de dos mercados concretos». Sin embargo, el análisis de riesgos que lleva a cabo la compañía de estos dos mercados es demoledor.
BBVA, marcada por Perú y Turquía
Desde BBVA explican que en un contexto marcado por la inestabilidad política, que podría llegar a tener un impacto negativo sobre la actividad económica, el PIB en Perú se expandió un 2,7% en 2022, en línea con la previsión de BBVA Research.
Pero los problemas vienen por la incertidumbre sobre las políticas futuras en Perú, la elevada inflación, los altos tipos de interés y la ralentización económica global, que impactarán negativamente el crecimiento en 2023, período para el cual se prevé un crecimiento de alrededor del 1,9%, seis décimas por debajo de la previsión anterior.
Mientras, en Turquía, se recibe el impacto negativo de los fuertes seísmos registrados al inicio del año sobre el crecimiento sería, previsiblemente, compensado por el impacto de las labores de construcción y el mayor estímulo fiscal.
No obstante, pese a la moderación reciente, la inflación turca se mantiene excesivamente elevada (50,5% en marzo), en buena parte debido a relativa fortaleza de la demanda, la depreciación de la lira turca y la elevada inercia del proceso de revisión de precios.
Así, la evolución futura de la inflación, en particular, y de la economía, en general, dependerá, entre otros factores, de las políticas implementadas tras las elecciones generales anunciadas para mayo.
Asimismo, el entorno económico es altamente inestable en Turquía, dada la combinación de una elevada inflación, unos tipos de interés reales muy negativos, la incertidumbre sobre la política económica, la presión sobre la lira turca, las elevadas necesidades de financiación externa y el actual contexto global y regional.