Baqueira llena los hoteles el año que la corte de invierno hace campana
El Valle de Aran registra en estas fiestas una ocupación hotelera del 85% a pesar de la falta de nieve y de la ausencia de la familia real
Hace unos años, la estación de esquí de Baqueira se convertía durante las fiestas navideñas en una corte de invierno por la presencia de la familia real y de destacadas personalidades políticas. Esta corte llegó a su máximo esplendor en tiempos del gobierno de José María Aznar, cuando el entonces presidente coincidía en las pistas y en los restaurantes con Rodrigo Rato, Eduardo Zaplana, José Bono, Josep Antoni Duran Lleida o con el mismísimo Jordi Pujol, aunque nunca se calzó los esquís, así como con los reyes, el príncipe y las infantas. El rey emérito ya no está para descensos en la nieve y su hijo, el rey Felipe, prefiere esquiar en Baqueira en otras fechas y sin su familia, tal como hizo un fin de semana de marzo pasado en compañía de unos amigos.
Además, Felipe está pendiente de las negociaciones para la formación de gobierno y no se espera que se escape al Pirineo. Los ex duques de Palma eran asiduos, pero no han vuelto desde 2013 ni lo harán este año porque el juicio del caso Nóos empieza el 11 de enero. Y es que los vips han dejado de ser un reclamo turístico. En estas fiestas, no se espera en Baqueira a ningún miembro de la familia real ni tampoco a ningún responsable gubernamental, pero ello no impide que los hoteles y los restaurantes estén casi llenos. Ambròs Barberà, presidente del Gremio de Hostelería del Valle de Aran, asegura que este rincón de los Pirineos es un destino turístico consolidado y que los vips han dejado de ser claves para atraer más visitantes.
Ambròs Barberà apunta que el Valle de Aran registra en estas fiestas una ocupación media del 85%, que es más elevada en los hoteles, restaurantes y resorts turísticos de Baqueira que en la parte baja de la comarca.
Repunte de los turistas portugueses
Este año se nota un aumento de los turistas portugueses, que casi habían desaparecido con la crisis y que ahora suponen un 6% de las pernoctaciones. Desde siempre, los esquiadores portugueses habían preferido Sierra Nevada, la estación granadina, pero cada vez son más los que se dirigen hasta el Valle de Aran. Días atrás, los empresarios turísticos temían un descenso de la ocupación por culpa de la climatología, por las escasas nevadas, si bien para el puente de fin de año están abiertos 125 kilómetros de pistas esquiables con nieve muy cuidada. Ambròs subraya que nadie se ha marchado por falta de nieve. También indica que se mantienen los precios con un ligero aumento de un 1% con respecto a la anterior temporada invernal.