Bangladesh prende fuego a la credibilidad de la responsabilidad social
Las auditorías internacionales pasan por alto la salud laboral y la inseguridad de las plantas
Más de medio centenar de fallecidos, un millar de heridos y la cifra sigue en aumento.
Es la tragedia derivada de uno de los mayores accidentes laborales que ha vivido Bangladesh en los últimos años.
La industria del país se desarrolla gracias, en parte, a los encargos que las grandes multinacionales occidentales hacen a empresas locales.
Sus dueños están en el punto de mira. Pero también los clientes.
Condiciones de trabajo a años luz de las comunes en el mundo industrializado emergen también con el derrumbe de la fábrica textil.
Se encontraron prendas de algunas firmas como El Corte Inglés o Primark.
Auditorias insuficientes
La responsabilidad social (RSE) que desarrollan las compañías con socios en Bangladesh ha saltado por los aires. Alegan que las auditorías internas no detectaron las deficiencias en seguridad y salud laboral.
Durante las últimas semanas ha habido varios incidentes muy graves como el de Dacca en otros países asiáticos.
Por RSE se entiende el conjunto de medidas que aplican las empresas, sea cual sea el tamaño, para desarrollar su actividad de la manera más respetuosa posible con el entorno y las personas.
La mayoría de las multinacionales encargan la elaboración de auditorías para garantizar que los proveedores están alineados con estas tesis.
Ratoneras con certificados
La Confederación Internacional de Sindicatos resalta, sin embargo, en su último informe titulado Responsabilidad subcontratada que hace pocos meses se produjo otro dramático ejemplo de auditorías sin rigor en la fábrica de ropa de Ali Enterprises en Karachi, Pakistán.
Puertas y ventanas bloqueadas impidieron que los trabajadores pudieran salir del edificio en llamas, de los que murieron 290.
Hacía sólo tres semanas que esta fábrica había sido certificada por cumplir –supuestamente– los estándares SA8000 sobre los derechos y seguridad de los trabajadores.
Nadie, ningún técnico ni experto, había visitado la instalación.
La RSE como trámite
Ali Enterprises recibió la certificación global de SAI y el correspondiente acceso a contratos con importantes marcas y mercados como lugar de trabajo socialmente responsable y seguro.
Una de las empresas para las que fabricaban prendas en los talleres del edificio derruido en Dacca afirmó que había pasado recientemente una inspección con resultado de cumplimiento positivo de los estándares exigidos en el código de conducta de esta multinacional.
Bruselas ya ha instado al gobierno de Bangladesh a endurecer los controles. Y es que la situación en este país del sur de Asia recuerda a la de España hace 40 años, en la década de los 70.
Mano de obra barata y donde la prosperidad todavía está por llegar. El camino regulatorio por recorrer es intenso.
Más tragedias
“La gran mayoría de las empresas cumplen escrupulosamente las normas”, explica el consejero delegado de una compañía de porcelana en Bangladesh.
Emplea a más de 2.000 trabajadores y prefiere preservar el anonimato.
Pero hace pocos meses tuvo lugar un tercer incidente de magnitud. Otro incendio que provocaba más de un centenar de víctimas mortales.
“Desde los últimos accidentes el pasado noviembre en la planta que producía para Walmart y el de la última semana, las normas son mucho más severas».
Salarios ‘made in Bangladesh’
“Las condiciones laborales –con salarios que parten de los 90 euros y alcanzan los 500– han mejorado en la última década».
Ahora bien, sobre si los convenios en Bangladesh son similares a los de Alemania, España o Italia, «pues no, no lo son”.
Las últimas tragedias han vuelto a abrir el debate sobre el posible abuso de poder de las multinacionales en los países del sur de Asia.
Sin embargo, algunos empresarios del país salen en defensa de estas firmas y lo niegan.
En defensa de las corporaciones
“Las grandes empresas se limitan a negociar precios y en muchas ocasiones debemos firmar contratos donde nos comprometemos a toda una serie de medidas de seguridad, a la no contratación de menores”, insiste el directivo.
Las marcas que han visto su imagen perjudicada por la catástrofe ya han anunciado que compensarán a las víctimas.
Tanto empresarios como el gobierno de Bangladesh tienen que asumir ahora el reto de hallar la forma de acabar con estos casos que se han cobrado la vida de cientos de personas.
Los expertos en RSE abren, por su parte, un debate sobre la credibilidad y la utilidad de los estándares fijados.
—Reportaje elaborado con información de Joaquim González Muntadas