La banca se rebela contra el plan de Calviño para los hipotecados
La banca tiene tiene claro que hay "problemas de fondo" que deben matizarse, sobre todo aspectos técnicos que pueden hacer que se incluya a los hipotecados como morosos
Las ayudas para hipotecados que el Gobierno y la banca cerraron el lunes por la noche in extremis para que pudiera llegar este martes al Consejo de Ministros, seguirá dando que hablar en los próximos días pues el sector financiero tiene claro que hay «problemas de fondo» que deben matizarse antes de que entren en vigor, en enero de 2023.
El consejero delegado de Santander incluso ha explicado en declaraciones a prensa, tras su participación en el XXIX encuentro del sector financiero organizado por Deloitte y el diario ‘ABC’, que se deben debatir «aspectos técnicos» que pueden cambiar por completo cómo afecta esta ayuda a los ciudadanos que se acojan.
Uno de estos aspectos técnicos, indicaba José Antonio Álvarez, es si la hipoteca se incluye dentro de la fase 3, o Stage 3, pues automáticamente el cliente pasaría a ser considerado por el banco como moroso, y se le prohibiría después el acceso al crédito.
Asimismo, el número dos del Santander aclaraba que, dependiendo de cómo se haga la refinanciación de la hipoteca o la extensión del crédito, impactará o no en las cifras de provisiones del grupo. En España, sus dotaciones ya han aumentado en 200 millones de euros para capear la crisis, por lo que la cifra podría aumentar.
En cualquier caso, Álvarez aseguraba que el porcentaje de hipotecados que han tenido incremento del precio de las hipotecas este año en Santander «es muy bajo», pues en noviembre han empezado a aplicar el Euríbor de septiembre, por lo que el verdadero impacto llegará dentro de un año.
Además, comentaba que las hipotecas de los últimos años se han firmado en su gran mayoría a tipo fijo, por lo que las variables, donde se están produciendo los incrementos de las cuotas, son la minoría. Justificando así que estas ayudas son para «prevenir».
También en este encuentro, el consejero delegado de Unicaja, Manuel Menéndez, indicaba que «es prematuro» hablar de acuerdo con el Gobierno, porque se deben cerrar algunos detalles. «Lo que nos ocupa es que las ayudas respondan a los objetivos que todos perseguimos, que la crisis afecte lo menos posible a las familias».
El directivo tiene claro que las opiniones de Economía y la banca «son distintas» pero también, que encontrarán «un objetivo común. «La banca gestionará la medida que se apruebe y nosotros cumpliremos como es lógico. Si nos piden opinión la daremos, compartiendo el objetivo común de que la crisis económica afecte lo menos posible a las familias y que la banca -a pesar de los avatares del pasado- ha dado muestras de que no pretende nada más, que las cosas se resuelvan de manera satisfactoria».
El número dos de Unicaja también compartía con el del Santander que «es pronto» para hablar de morosidad y de problemas en las familias para pagar la hipoteca. «No estamos en esa fase de momento, las familias no piden renegociar», aseguraba.
Menéndez explicaba que los tipos de interés han subido muy recientemente y se debe ser «racionales». También comparte que los temas técnicos, como clasificar a los clientes o no en Stage 3, «se deben abordar con objetividad».
El consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, se limitaba a comentar que aún siguen en negociaciones con el Gobierno, aunque aprovechaba para destacar que la banca está en una situación muy buena para poder gestionar las ayudas para personas vulnerables, «sin ninguna duda», añadía.
Al igual que el CEO de BBVA, Onur Genç, que simplemente indicaba que «siguen trabajando» en las ayudas.
La patronal advierte: el texto no está acabado
En este encuentro, la presidenta de la Asociación de Banca Española aclaraba que el texto «no está finalizado». Alejandra Kindelán explicaba que las ayudas para hipotecados y clases medias que está dando a conocer la vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, en el Consejo de Ministros, incluye las propuestas que ha hecho la banca, pero de momento desconocen cómo será el texto final.
«Es un tema complejo que tiene como prioridad ayudar a los clientes con problemas de liquidez por los tipos de interés, pero deben cuadrar muchas otras cosas y preservar las bondades del mercado hipotecario en España«, apuntaba.
También aprovechaba para recalcar que la situación económica ahora mismo es de crecimiento, y aunque se observe una desaceleración no es una recesión, ni tampoco caen los precios de la vivienda, ni el empleo «que está aguantando bien».
Todas las circunstancias son distintas a las de 2008, añadía, y por eso el sector ha querido ayudar a familias con los problemas temporales de liquidez que puedan tener las familias, pero que de momento, no se está viendo, concluía.