La banca denuncia que el 50% de sus beneficios ya se destina a pagar impuestos
Las entidades aseguran que España ha hecho uso de todas y cada una de las figuras tributarias existentes para gravar al sector financiero
La banca denuncia que el nuevo impuesto al sector, que se ha presentado hoy en el Congreso de los Diputados, no logrará su objetivo de combatir la inflación y, además, entorpecerá la recuperación económica y la creación de empleo, en un contexto de incremento de los precios y de tensiones geopolíticas. También recuerda que el 50% de sus beneficios ya se destina a pagar impuestos.
Desde CECA, la patronal que aglutina a entidades como Caixabank o Unicaja, aseguran que llevan años monitorizando cuál es la carga impositiva que presentan todos los impuestos que pagan en España en la cuenta de resultados y se atreven a decir que el impacto en resultados es ya del 50%. «Lo que quiere decir que de cada 100 euros que ganan las entidades de crédito, aproximadamente un 50% se dedica al pago de impuestos».
Pero este porcentaje se eleva si se tienen en cuenta las aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos y al Fondo Único de Resolución, explican. «La carga tributaria que desde el sector se soporta es enormemente relevante». CECA destaca que España ha hecho uso de todas y cada una de las figuras tributarias existentes para gravar al sector financiero.
Por ejemplo, un tipo incremental en el impuesto sobre sociedades; desde 2018 además, el sector financiero también asume el impuesto a las hipotecas y desde 2021, el impuesto sobre transacciones financieras. Y a todo esto se suma un impuesto que grava la captación de depósitos.
Por todos estos motivos, la patronal de las ex cajas de ahorro reivindica «la falta de oportunidad» del nuevo impuesto del Gobierno. Y aprovechan para insistir en que la subida de tipos de interés no responde a una situación extraordinaria, sino de normalización de una situación de tipos de interés negativos que ha sido totalmente anómala en los últimos años.
Asimismo, rechazan el análisis que se ha hecho por parte del Gobierno de figuras tributarias similares en otras jurisdicciones, como puede ser Francia o Hungría. «No son un indicativo relevante a estos efectos, porque como ya hemos dicho, en España ya se gravan los depósitos e hipotecas. Y hacer un análisis aislado de una figura concreta no es una forma adecuada de abordar el asunto».
En este sentido señalan que en Hungría, ya se ha aprobado un impuesto similar, pero la situación no es extrapolable porque el impuesto sobre sociedades es de un 4% y en España, del 30%.
Junto a CECA, la otra patronal del sector -AEB- que representa a entidades como Santander, Sabadell o BBVA, lanzan un comunicado conjunto este jueves donde expresan que el sector bancario español ya realizan una contribución relevante a la economía y a la sociedad española, así como a la sostenibilidad del gasto público a través también de tributos específicos.
Y una medida de este tipo, «afecta a las decisiones de crédito y riesgo de las entidades, y también a su capacidad competitiva en el mercado único europeo». Tras el registro de la proposición de Ley sobre el gravamen, las asociaciones bancarias están analizando los detalles técnicos y dialogarán con el Gobierno y con los grupos parlamentarios en su tramitación.
El gobierno impuesto del 4,8% para la banca
Las patronales han respondido así al impuesto sobre la banca, cuyos detalles se han conocido este jueves. El nuevo tributo recaerá en las empresas que tengan unas ganancias de más de 800 millones al sumar el margen de intereses y las comisiones netas cobradas a los clientes. En concreto, el gravamen será del 4,8%.
El impuesto estará vigente a partir del 1 de enero de 2023 y durante 2024. No obstante, en el próximo febrero ya habrá el primer pago a cuenta del 50%. El Gobierno busca recaudar con este pago 1.500 millones de euros anuales y que el reparto del coste de la inflación «sea más justo».