Así sucumbe el presidente de Coca-Cola España a las redes sociales
El máximo representante de la multinacional de refrescos abandona Twitter tras cosechar innumerables críticas empresariales por las opiniones vertidas en la red social
¿Vivir u opinar? Para el presidente de Coca-Cola España, Marcos de Quinto, ambos conceptos son incompatibles. Así lo reflejaba el primer día del año en su cuenta personal de Twitter, desde la que el presidente español de la multinacional estadounidense de refrescos anunciaba: “Dejo de twittear, prefiero vivir”. Con esa lacónica afirmación, el controvertido ejecutivo ponía punto y final a una continuada presencia en la red social desde agosto de 2010.
Marcos de Quinto no era una tuitero cualquiera, sino el principal gestor español de una gran empresa que expresaba sus opiniones, a menudo polémicas, sobre temas políticos y sociales. Con casi 22.000 seguidores, sus mensajes de 140 caracteres se habían convertido en una referencia de los managers más próximos al poder.
Crítico con el nacionalismo catalán, del que había opinado que era una cortina de humo contra la crisis, o con la Casa Real española y las actuaciones de algunos de sus miembros, incluso con la plataforma ultraconservadora Hazte Oír, De Quinto ha sucumbido con su adiós a las críticas que desde diferentes ámbitos ha suscitado su presencia en redes sociales.
Plano personal y profesional
Preguntado por este medio en noviembre pasado por su inusual actividad como creador de opinión, De Quinto aseguró que Coca-Cola siempre ha distinguido entre el ejecutivo y la persona. “Hay que diferenciar los dos ámbitos”, señaló en conversación con Economía Digital. El directivo se vanagloriaba de ser un librepensador, incluso ante su propia empresa.
El resultado final, sin embargo, es que el directivo ha optado inopinadamente por abandonar su faceta de líder de opinión. Aunque se ha abstenido de comentar cuáles son los motivos que le han llevado a adoptar tal decisión personal, medios próximos al empresario señalan la incongruencia que suponía para la multinacional de Atlanta que su primer ejecutivo en España estuviera implicado en debates de opinión que podían afectar a la imagen de la marca, una de las principales responsabilidades del directivo.
Polémica con Telefónica
De Quinto, por ejemplo, polemizó con los internautas cuando Telefónica anunció un expediente de regulación de empleo que afectaba a una parte importante de su plantilla en España. En aquella ocasión, el presidente de Coca-Cola España se quejó de que una multinacional realizase un ajuste de plantilla pese a saldar sus cuentas globales de forma positiva.
La crudeza de la red estriba también en su carácter de hemeroteca permanente. Mientras no se habían apagado las molestias que aquellas opiniones provocaron en el mundo empresarial madrileño, Coca-Cola España ha procedido a ajustar su plantilla central. Los afectados son algo más de una veintena de personas que prestan sus servicios en la filial española. Entre otros, el propio director de comunicación del grupo durante los últimos años, el periodista Carlos Chaguaceda, que acaba de abandonar la compañía. El profesional mantuvo una excelente relación personal con su jefe, pero desaconsejaba su actitud en Twitter.
Reestructuración productiva
Por si esa contradicción resultase insuficiente, el nuevo embotellador único de la marca de refrescos en España, que se ha fusionado durante 2013 en una única corporación, ya ha anunciado un adelgazamiento de su estructura productiva que afectará alrededor de un millar de empleados de diferentes puntos de producción en España.
Aunque la filial de Coca-Cola y su grupo de embotelladores actúan con estructuras y propiedad diferenciadas, De Quinto se ha jactado en repetidas ocasiones de ser el valedor del proceso de integración. En determinados ámbitos se especula con la relación que este conflicto laboral podría tener con su retirada de la red social.
Su presencia en Twitter tampoco era la más criticada de sus actuaciones por el mundo empresarial, así como por los máximos gestores de multinacionales. Su vida personal, en la que no faltaba proximidad a las celebrities, a los deportes de aventura y al mundo de la cultura, no dejaban indiferente a un empresariado más proclive a presentarse con un bajo perfil público.