Así logró Madrid ser el ‘hub’ tecnológico de BASF
La central de BASF en Alemania escogió la ciudad española por sus costes y la presencia de grandes tecnológicas nacionales. Se impuso a Barcelona
En la bicefalia económica española, Barcelona parecía especializada en atraer centros tecnológicos mientras que Madrid captaba las grandes sedes corporativas. Sin embargo, la química Basf rompe con los esquemas: mantiene su sede en la ciudad catalana y abrirá su hub tecnológico en la capital española, donde contratará a 300 personas en los próximos tres años.
“La decisión surgió de la central de la multinacional en Alemania”, explica el director general de la compañía en España, Carles Navarro. En un concurso en el que participaron decenas de ciudades europeas y también alguna asiática, finalmente Madrid fue la escogida por delante la competencia, entre ella Barcelona.
El grupo químico escogió la capital por un abanico de factores entre los que destacan, como no podía ser de otra forma, los bajos costes que ofrece afincarse en España frente al hecho de hacerlo en el centro o el norte de Europa.
“Además, los estudios nos mostraron que existía una enorme cantidad de talento digital en Madrid”, añade Navarro. Si Barcelona es territorio start-up, grandes firmas como Indra, Vodafone y Telefónica todavía optan por la capital del país. «La ciudad se desechó como pasó con el resto de candidaturas», señala el ejecutivo.
Basf eleva ventas gracias a la compra de Nunhems
La flamante filial, Basf Digital Solutions, contratará 300 empleados en tres años y su función será dar servicios digitales a toda la compañía. Por el momento, el centro acaba de ponerse en marcha y ya ocupa «dos docenas de personas», cifra.
En 2018, Basf ingresó 1.358 millones de euros, el 4% más que los 1.301 millones facturados en 2017. La cifra llega impulsada gracias a la adquisición del negocio de semillas hortícolas de Nunhems, adquirida a Bayer el pasado mes de agosto y que añadió cuatro nuevos centros al parque español de la empresa.
Navarro declina desvelar el beneficio obtenido en España en un año en el que las ganancias del grupo cayeron el 22,6%. «Somos rentables», se limitó a precisar antes de mostrarse «moderadamente optimista» de cara al año 2019. «En el último semestre de 2018 se produjo una desaceleración, pero ya vemos síntomas de recuperación en el primer trimestre de este ejercicio», zanja.