Ana Botín pide a los reguladores una «transición justa» para competir con las ´bigtech´

Ana Botín cree que la regulación «debe aplicar a todo el mundo por igual». El Banco Santander no solo compite contra bancos norteamericanos o paneuropeos, también contra las ´bigtech´, donde se encuentran Google, Apple o Facebook. «Si eres una empresa que tiene tres veces la economía de España pero tus normas son menos exigentes, no hablamos de transición justa», comentaba este martes durante la conferencia internacional de banca.

En este encuentro, organizado por el propio Santander y centrado en el cambio climático, la presidenta de la entidad aprovechaba para hablar de la revolución digital y cómo la regulación actual favorece a las grandes tecnológicas, que ofrecen préstamos o soluciones de pagos sin tener que cumplir los mismos requisitos que un banco.

«Necesitamos reglas comunes para una economía digital», insistía. «Algunas empresas crean externalidades y todos pagamos por ellos». En este sentido, pedía a los políticos y reguladores que permitan que la transición a una economía verde se haga «de forma debida», incentivando a las empresas. Asimismo, señalaba la importancia de que «el mundo entero se ponga de acuerdo en qué es verde y cómo se mide». 

La presidenta del Santander también comentaba cómo se están recuperando las economías de la pandemia. «Estamos volviendo a la normalidad, una normalidad más incierta, con más deuda, más inflación y problemas en las cadenas de suministro… pero estamos de vuelta».

En su opinión, el Covid-19 ha traído sufrimiento, «pero también ha acelerado drásticamente la revolución digital, ha abierto la puerta a políticas económicas y sociales diferentes y nos ha impulsado en el camino hacia una sociedad digital». Al respecto, recordaba que los bancos «han demostrado que son parte de la solución, no del problema», pues el Santander concedió de media 1.000 millones de euros diarios de préstamos los primeros meses de la pandemia.

Y ahora, la principal preocupación es el cambio climático que es, por definición, un reto global que requiere una respuesta global. «La ciencia sugiere que salvo que hagamos algo rápido, el cambio podría ser irreversible» pero «son los líderes mundiales quiénes tienen que entender las consecuencias», destacaba.

Por eso, el encuentro de estos días en Glasgow se presenta como una oportunidad, «quizá la última de mantener vivos los compromisos establecidos en París en 2015: alcanzar cero emisiones netas en 2050». En este sentido, señalaba que el mundo financiero se está movilizando para apoyar la transición a la economía verde y el Banco Santander se ha comprometido a alcanzar las cero emisiones netas en 2050.

En concreto, la entidad ha fijado su primer objetivo de descarbonización en 2030, año en el que dejarán de prestar servicios a clientes con más del 10% de sus ingresos procedentes del carbón térmico y eliminarán toda exposición a la minería de carbón térmico para cumplir con los compromisos de París.

A la vez, están financiando la transición verde y por ejemplo, son líderes globales en financiación de renovables. Desde 2020, los proyectos de renovables que han financiado han creado «energía suficiente para abastecer una ciudad tres veces el tamaño de Londres», explicaba.

Botín pide directrices «claras y coherentes»

Botín aprovechaba para expresar que esto es sólo el principio y lo más difícil de conseguir, Net-zero, «está por delante».
Pero para conseguirlo, las empresas necesitan directrices y políticas de los gobiernos que establezcan planes de transición e incentivos para cada sector. «Necesitamos planificación y marcos regulatorios a largo plazo para la transición a bajas emisiones de carbono, claros y coherentes».

También pedía a los gobiernos redes de seguridad social para los puestos de trabajo que cambiarán o desaparecerán, y políticas que incentiven y ayuden a las empresas a crear los millones de nuevos puestos de trabajo que los sustituyan.