Amper se enfrenta a un infierno judicial por sus ventas en América Latina
Un exdirectivo de Amper aporta en los juzgados de Venezuela pruebas que demuestran que su filial celebró una asamblea de accionistas fraudulenta
La venta de las operaciones de Amper al empresario que dirigió el negocio en América Latina ha abierto un oscuro episodio en la reciente historia empresarial de la compañía tecnológica.
Un exdirectivo de su filial latinoamericana, Desca, ha llevado a los tribunales de Venezuela a la cúpula de la compañía por celebrar una junta de accionistas sin accionistas ni sus representantes legales. En una reunión celebrada en Maracaibo en el 15 de abril de 2013, la compañía celebró una asamblea general para destituir a la vieja junta y nombrar la nueva cúpula que finalmente decidiría la venta de las operaciones por un euro.
Pero ahora el exdirectivo de la filial de Amper, Jon Elorriaga, que trabajó en Venezuela y Argentina para el grupo, asegura que la asamblea fue fraudulenta. Algunos de los supuestos asistentes no se encontraban en Venezuela durante la celebración de la asamblea, según un documento de la oficina de inmigración de Venezuela que el demandante ha aportado como prueba en el juicio contra la compañía.
La polémica asamblea fue celebrada durante la época de Enrique Bañuelos en Amper, un período en el que la empresa fue dirigida por Yago Méndez, hijo de José Luis Méndez, exdirector de Caixa Galicia.
Pero la concreción de la venta de las operaciones fue comandada por Jaime Espinosa, el consejero delegado cesado a finales del año pasado, y Osmundo Luquez, entonces gerente general de Amper Latinoamérica y que finalmente obtuvo las operaciones de Venezuela y varios países latinoamericanos, entre ellos Panamá y Ecuador, y la empresa radicada en Miami Desca Corp.
Deudas sin pagar
La empresa Desca, fundada en Venezuela, se expandió a Miami donde una de sus filiales controlaba también buena parte del negocio en América Latina de Amper. En 2015, la tecnológica española vendió su filial en Venezuela por un euro. La justificación del precio de saldo era deshacerse de la deuda de la filial en Venezuela, pero la deuda, de unos 7 millones de dólares, tenía truco, según el denunciante.
“Pero la empresa comenzó a trasladar la deuda con Cisco, el principal proveedor, a Venezuela. Así la deuda de algunos países latinoamericanos pasaba a Venezuela porque allí sí tenían excusas oficiales para no pagar a los proveedores”, explica el denunciante. “Amper supuestamente deshizo de negocios ruinosos en América Latina, pero al realidad es que se regaló Desca Corp, una empresa con una elevada facturación en dólares provenientes de las ventas en los países de la región. Lo más sorprendente es que la cúpula directiva que precipitó la debacle de la compañía fue premiada y se mantuvo hasta hace pocos meses”, añade el denunciante.
Posterior a la venta de Venezuela, también se vendieron buena parte de las operaciones de América Latina. La explicación oficial de la compañía fue que necesitaban liberarse de la deuda. Pero la decisión fue celebrada por sus competidores. Mientras la filial de Amper perdía mercado, sus competidores no dejaban de ganar cuota y facturación.
El silencio por respuesta
La jueza que lleva el caso ordenó a las autoridades de inmigración emitir un documento para comprobar que los asistentes a la asamblea no estaban en Venezuela en el momento en que se firmó el acta para modificar la cúpula directiva.
La denuncia podría transformarse un escándalo judicial. Si se declara la nulidad de esa asamblea, los actos posteriores serán nulos, incluida la venta de las operaciones de Venezuela.
Fuentes cercanas a la compañía aseguran que, tras la venta, las obligaciones de Amper adquiridas por la empresa compradora no han sido satisfechas con sus proveedores.
Este diario ha contactado con Amper con insistencia desde hace tres semanas. La compañía no ha contestado a ninguna de las preguntas formuladas. El denunciante también ha informado a la compañía de las presuntas irregularidades, pero nunca recibió respuesta.
Jaime Espinosa, el consejero delegado que vendió las operaciones en América Latina, fue cesado y la empresa acaba de cerrar una ampliación de capital de casi cinco millones de euros. La compañía, con un accionariado fragmentado, lucha por la reestructuración de sus negocios para aliviar su comprometida situación financiera.