La necesidad de mayor almacenamiento une a Ribera con Iberdrola, Endesa y Naturgy

La política siempre ha hecho extraños compañeros de cama; ahora, el sector energético, también. Tras unos años de tensa relación entre las grandes eléctricas y la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, por fin han encontrado un nexo de unión común: las tecnologías de almacenamiento. Y, sobre todo, la necesidad de fomentar su utilización lo antes posible. 

También es cierto que dicha necesidad obliga. Y es que, tal y como ha recomendado Bruselas tras la presentación de su reforma eléctrica, los futuros planes de energía nacionales deben otorgar mucha relevancia a los sistemas de almacenamiento. En el caso español, además, debido a su baja interconexión con el resto de Estados europeos se hace más acuciante. 

En este sentido, las indicaciones de Bruselas para potenciar el almacenamiento, entre otras, se centran en la importancia de fijar las tarifas de acceso a la red (peajes) que deben tener en cuenta cómo incentivar el desarrollo del almacenamiento. De igual modo, los operadores del sistema eléctrico deben evaluar si el almacenamiento de energía puede ser una alternativa más rentable que las inversiones en la red. Asimismo, aluden desde la Comisión Europea a que los países podrán habilitar procesos de licitación competitiva y realizar mejoras en el diseño de los mecanismos de capacidad para las tecnologías de almacenamiento a partir de fuentes renovables. 

Las recomendaciones deben ser asumidas para elevar la ambición del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que, en estos momentos, establece un objetivo de 6.000 MW adicionales de almacenamiento en 2030, 3.500 MW en nuevas plantas de bombeo y 2.500 MW en baterías. 

Y aquí es donde coinciden las grandes empresas eléctricas con la ministra Ribera. De hecho, se espera que estos objetivos sean revisados al alza, precisamente, por el interés que han mostrado las compañías en mejorar las tecnologías de almacenamiento. 

La ministra apoya 

Entre esas muestras de apoyo público al almacenamiento, la ministra Ribera presentó el año pasado el Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento de Energía que se ubica en Cáceres. 

El Gobierno destinó el pasado ejercicio 6 M€ para impulsar la creación de esta entidad que se centra en la investigación de tecnologías de almacenamiento de energías y su integración con las energías ‘verdes’, en la colaboración con el sector industrial y el desarrollo conjunto de nuevas tecnologías, además de asesoramiento en energías verdes y su gestión.

Cabe recordar que este centro de investigación energética estudia las claves para almacenar en grandes cantidades la energía proporcionada por fuentes renovables y poder transportarla. 

Las empresas lo impulsan 

Cualquiera de las grandes eléctricas, sea Iberdrola, Endesa y Naturgy, llevan en sus estrategias importantes avances en esta materia. El gran objetivo común es aumentar esta capacidad con algunas de las tecnologías existentes, así como el fomento y desarrollo de nuevas alternativas.  

Además, es importante tener en cuenta que existen muchas tecnologías de almacenamiento, con distintas ventajas e inconvenientes. Desde el punto de vista del sistema no basta con un solo tipo. Al contrario, de forma análoga a la generación, donde un mix equilibrado es fundamental, también es necesario un mix de almacenamiento. 

El futuro desarrollo técnico no solamente abaratará costes e incrementará prestaciones, algo en lo que coinciden de lleno las empresas y el Gobierno, también dará mayor riqueza al mix, en el que tecnologías como el bombeo, las baterías y el hidrógeno renovable jugarán un papel muy relevante durante los próximos años.

Las inversiones

Entre algunas de las acciones directas, por ejemplo Iberdrola, junto a su socio Ingeteam, han ejecutado varios proyectos en diferentes regiones donde apuesta por diferentes tecnologías de almacenamiento.

Por su parte, Naturgy, implemento una estrategia que cuenta con 10 líneas de actuación y 66 medidas relacionadas con el almacenamiento, pero también se establecen con la intención de aprovechar varias oportunidades como la potenciación de la economía circular o la generación de participación ciudadana.