Air Europa planea nuevos ajustes cuando termine el ERTE
La aerolínea cuenta con el antecedente de Norwegian, que puso en marcha un ERE después de que sus trabajadores en España estuvieran en ERTE
Air Europa sabe que una de las consecuencias de haber tenido a sus empleados en ERTE es la prohibición de despedir cuando este acabe, o lo que es lo mismo, tiene la obligación de mantener el empleo.
El Gobierno puso en marcha este mecanismo, tras el estallido de la pandemia, precisamente con el objetivo de evitar una sangría laboral. Así, ha permitido durante casi un año y medio que las empresas más afectadas por la crisis puedan ahorrarse una parte del salario de sus empleados, a cambio de que al volver a la actividad no realicen ajustes de plantilla.
Sin embargo, la aerolínea explica en su informe financiero que “algunas de las obligaciones que legalmente deben asumir las empresas que se han acogido a los ERTE de fuerza mayor, están siendo objeto de interpretación por parte los tribunales en cuanto su alcance y, sobre todo, consecuencias de su incumplimiento”.
La empresa busca una fórmula legal con la que ajustar la plantilla, o sus condiciones económicas, cuando finalicen los ERTE. Si bien, la prohibición de despedir no es absoluta y solo se mantiene durante seis meses.
Además, la aerolínea cuenta con el antecedente de Norwegian, que puso en marcha un ERE después de que durante un año sus trabajadores en España estuvieran en ERTE. Los sindicatos no descartan este escenario, pero recuerdan que la empresa se comprometió en diciembre –cuando se aprobó su rescate- a no despedir.
Air Europa explica en sus cuentas que en 2020 solicitó un ERTE por causas de fuerza mayor para el 97,53% de la plantilla (3.652 empleados), lo que le permitió controlar costes. En concreto, el importe del gasto por seguridad social exonerado durante el ejercicio fue de 13,2 millones de euros.
Pero no fue suficiente para mitigar el impacto de la crisis y ha cerrado el ejercicio con pérdidas de 427,7 millones de euros. De hecho, el auditor (KPMG) informa sobre la incertidumbre que hay en cuanto a que la empresa pueda seguir en funcionamiento debido a su alto grado de exposición al sector turístico, el más perjudicado por la pandemia.
La compañía presenta un fondo de maniobra negativo por importe de 188 millones de euros, y las pérdidas de 2020 han reducido su patrimonio neto a –364,2 millones. El número de pasajeros cayó hasta los 4,2 millones en 2020 frente a los 13,1 de 2019.
Unos resultados negativos que, según justifica la propia Air Europa, vienen derivados de la pandemia, que ha hecho que su actividad se vea afectada “muy considerablemente”. A continuación, exponen que la situación se revertirá a partir de este segundo semestre del 2021, con la mejora de la situación sanitaria.
También explica que el pasado ejercicio obtuvieron financiación mediante un préstamo sindicado con garantía ICO sobre el 70% del saldo, de las entidades financieras con las cuales colabora por un importe de 141 millones de euros con vencimiento 2025 y un periodo de carencia hasta mayo 2021.
Y que la SEPI concedió a la sociedad matriz -a través del Fondo de Apoyo a la Solvencia de empresas estratégicas- una ayuda financiera pública temporal de 475 millones con vencimiento en 2026.
Esta se ha instrumentado a través de un préstamo participativo por importe de 240 millones que se dispone totalmente desde el momento de la firma de la operación y otro préstamo por importe de 235 millones, mediante disposiciones trimestrales hasta 31 de diciembre de 2021.
Pero al tiempo prevé que la sociedad dominante “reciba un importe adicional” con el que solventar sus necesidades de liquidez futuras, esto es, un nuevo rescate. Air Europa se encuentra inmersa en un proceso de fusión con Iberia, empresa que la absorberá tras pagar 500 millones de euros, previsiblemente a final de año.
Sin embargo, la aerolínea que dirige Valentín Lago no hace mención sobre ello. Tampoco desvela con exactitud cuáles son sus planes futuros cuando acaben los ERTE ya que el Gobierno sigue estudiando si alargarlos hasta final de año. Los sindicatos no descartan ajustes una vez se complete la compra de Iberia.