Aena espera a un presidente low profile la semana que viene
La compañía augura un presidente de transición para sustituir a José Manuel Vargas y los trabajadores señalan al martes como el día clave
José Manuel Vargas ocupará el sillón presidencial de Aena hasta el próximo 15 de octubre. El ya dimitido directivo del gestor aeroportuario español ultima sus días en el cargo y las quinielas sobre su sucesor se disparan. A falta de un nombre definitivo para ocupar el puesto, la semana que viene se presenta como la fecha para anunciar el nombramiento.
El martes es el día esperado por la plantilla. Según explican fuentes internas de la empresa a Economía Digital, el próximo 10 de octubre auguran la comunicación oficial del nuevo máximo ejecutivo de la cotizada semipública. Con la fecha de caducidad de Vargas para el domingo y el Día de la Hispanidad de por medio, las opciones quedan muy reducidas. “Incluso podría dirigirse a la plantilla”, señalan.
De este modo, el presidente saliente y el entrante llegarían a coincidir en el tiempo. A pesar de la falta de nombres contrastados, desde el gestor aeroportuario esperan a un ejecutivo de transición y de perfil bajo y no una persona capaz de liderar un proyecto para los próximos cuatro o cinco años.
Será la primera vez que el Consejo de Ministros no escoja al presidente de Aena
La razón de la interinidad: las sombrías perspectivas de una estabilidad en el calendario electoral español, con la posibilidad de nuevas elecciones en el horizonte y la hipotética llegada de un nuevo ministro de Fomento. Más optimistas son con el equipo que rodea a Vargas. Recientemente renovado, se esperan pocos cambios, de momento, en el séquito del presidente.
No obstante, será la primera vez en la historia que el Gobierno no escoge al máximo mandatario de Aena. Si hasta el momento la decisión se tomaba en Consejo de mMnistros, ahora deberá ser sometida al acuerdo del consejo de administración del gestor, donde tienen presencia –aunque minoritaria— los empresarios independientes y el fondo de inversión TCI (11,3%).
El Ministerio de Fomento continúa con la mayoría de los sillones en su haber, pero los fondos tienen otras armas. De no quedar satisfechos con el nuevo presidente, pueden amenazar con hacer tambalear el precio de la acción, que ya cae un 19% desde el mes de junio a pesar de la espectacular escalada vivida desde la salida a bolsa. Por ello, el ejecutivo buscará el consenso con la empresa privada.
El gobierno buscará un presidente de Aena con unas tesis más afines que las de Vargas
El relevo toma especial importancia tras los enfrentamientos vividos entre el Gobierno y el propio Vargas por la gestión de Aena. El todavía líder de la empresa semipública topó con la administración a la hora de pilotar el gestor aeroportuario hacia una compañía de funcionamiento totalmente privado. Es de esperar que el sucesor tenga un perfil más afín a las aspiraciones del ministro Íñigo de la Serna.
Las salidas de Vargas y el consejero independiente Simón Pedro Barceló abren una oportunidad al Ministerio de Fomento: recuperar el consejo. Formado por siete representantes de la cartera pública, uno del fondo TCI, seis independientes –ahora cinco: Amancio López, José Luis Bonet, Jaime Terceiro, Juan Ignacio Acha-Orbea Echeverría, Eduardo Fernández-Cuesta Luca de Tena— y el presidente, las votaciones terminaban en muchas ocasiones con minoría para el Gobierno.
Las discusiones entre el consejo de Aena y Fomento
No obstante, en los últimos meses el órgano apenas aprobó resoluciones trascendente para el futuro del gestor. La mayoría de los acuerdos fueron tumbados por el Ministerio. La lista de supuestos agravios es larga. Mientras Aena aprobó la congelación de las tasas a las aerolíneas entre 2017 y 2021, el Gobierno desautorizó el acuerdo del órgano y rebajó el impuesto al ritmo del 11% para el mismo periodo.
La expansión también fue motivo de discusión. El consejo dio el visto bueno la participación del gestor en el concurso de varios aeropuertos brasileños camino de privatizarse. En marzo, la Oficina Económica de Moncloa vetó la candidatura para hacerse con el control de los aeródromos de Porto Alegre, Florianópolis, Salvador de Bahía y Fortaleza por las próximas dos décadas.
Un tercer conflicto nació por el lanzamiento de una opa sobre la compañía de infraestructuras Abertis. Si el órgano se posicionó a favor del asalto impulsado por la ambición de los fondos y del propio Vargas, el Gobierno de Mariano Rajoy declinó la adquisición debido a que obligaría a la privatización del gestor.