Aena advierte a los inversores del riesgo de la inestabilidad catalana
El gestor aeroportuario avisa del peligro que supone la "inestabilidad polÃtica en Cataluña" dos semanas después de que Tsunami Democrà tic bloquease El Prat
Con un beneficio que crece prácticamente a doble dígito hasta los 1.114 millones de euros, Aena sacó pecho la semana pasada del músculo de su negocio. El gestor aeroportuario también incrementó sus ingresos entre enero y septiembre hasta los 3.448 millones de euros. Sin embargo, lanzó una advertencia a los inversores: la inestabilidad política en Cataluña es un riesgo que puede afectar al futuro de la compañía. Sólo dos semanas después de que Tsunami Democràtic bloquease El Prat.
La cotizada controlada al 51% por el Ministerio de Fomento aprovechó la semana para registrar una emisión de pagarés de hasta 900 millones de euros. En el folleto de más de 70 páginas enviado a los mercados, la empresa que preside Maurici Lucena advierte de los distintos riesgos que pueden segar su desempeño en el futuro. Y tras analizar varios peligros inherentes al negocio, como la dependencia del tráfico sobre algunas aerolíneas, la sociedad hace especial mención al deterioro de la economía española y a “la inestabilidad política en Cataluña”.
Aena reconoce abiertamente el impacto que pueden la eternización del conflicto en Cataluña y que puede segar las previsiones de crecimiento del gestor. Situaciones de riesgo: desde la falta de seguridad jurídica para las empresas en la comunidad hasta las imágenes de disturbios y enfrentamientos callejeros en las calles catalanas que puedan frenar la llegada de visitantes. Es uno de los nubarrones que amenazan el futuro próximo de la sociedad, centrada en un plan de internacionalización y en el desarrollo inmobiliario de sus principales aeropuertos.
El dossier se envío a los inversores el 30 de octubre; la protesta en El Prat se celebró quince días antes
El dossier enviado a los inversores tiene como fecha el día 30 de octubre y, aunque probablemente se redactase antes, llegó apenas quince días después de que la plataforma independentista Tsunami Democràtic dirigiese a miles de personas a bloquear el aeropuerto de Barcelona-El Prat. La protesta sucedió el 14 de octubre y las afectaciones se prolongaron durante parte de la semana.
Según explicó el ministro de Fomento, José Luis Ábalos, el coste de los desperfectos materiales en la infraestructura catalana alcanzó los 1,2 millones de euros. Los daños se centraron en los aparcamientos, que quedaron destrozados tras los repetidos enfrentamientos entre manifestantes y policías.
Pero más allá de la cifra, la propia Aena informó de que se cancelaron hasta 110 vuelos a lo largo de la jornada en la instalación. El principal afectado fue Vueling, que concentra el 40% del tráfico aéreo de la infraestructura, debido a las dificultades para llegar al aeropuerto de tripulantes, pilotos y personal ajeno a la compañía necesarios para operar sus aviones — personal de handling y servicios de catering — .
Aena sabe de la importancia de transmitir una imagen segura: se ha beneficiado de la inestabilidad en el Norte de África
Durante la huelga general convocada para el viernes de aquella semana también se produjeron varias cancelaciones de vuelos en la instalación, que en los nueve primeros meses de 2019 generó el 19% del tráfico de la red de Aena — Barajas supuso el 21,8% — .
Además, es prácticamente imposible de cuantificar el impacto de la protesta para la imagen de España en el exterior. En la cúpula de la empresa son consciente de la importancia de transmitir una sensación de seguridad, pues se han beneficiado de que muchas aerolíneas dieron la espalda a destinos del sur de Europa (Turquía) y el Norte de África por el incremento de ataques terroristas contra turistas. «Si los viajeros toman la percepción de que la situación política se estabiliza y la seguridad mejora, nuestro volumen de pasajeros podría verse afectado», añade en el mismo folleto.
Fuentes del sector consultadas por Economía Digital aseguran, eso sí, que por el momento no se han producido cancelaciones de vuelos tras los disturbios que se prolongan desde hace semanas en las calles de Barcelona. El temor en las oficinas de la cotizada pública es a largo plazo.
Los resultados de Aena: una de cal y otra de arena
Entre enero y septiembre, Aena obtuvo unas ganancias de 1.114,2 millones de euros, una subida del 9,4% respecto al mismo periodo del año anterior. El beneficio llegó de la mano de un crecimiento del 6,1% de los ingresos hasta los 3.448,8 millones de euros y del Ebitda, que se elevó el 5,1% hasta los 2.136,7 millones.
La razón de la buena salud del gestor es la ascensión constante del volumen de pasajeros transportados. En los nueve primeros meses del año se dispararon el 5,1% para alcanzar los 227,8 millones de viajeros; una cifra superior al crecimiento del 3,7% estimado a principios de año — y que todavía se da por válido en las oficinas de la empresa por el temor a una desaceleración — .
El freno del último trimestre golpeará a la expansión de 2020. Para el año próximo, Aena prevé una subida del 1,1% del número de pasajeros en su red de aeropuertos españoles. Es la cifra más baja desde la salida de la crisis económica y revela, de nuevo, que la salud de la compañía no es a prueba de bombas.