Absentismo: las bajas de larga duración se disparan

El absentismo laboral se ha disparado en los últimos años. El fenómeno, que le costó a las empresas más de 85.140 millones de euros en 2018 -el 10% más que el año anterior-, registra cifras récord en las bajas de larga duración: 275 días. Es decir, el 20% más largas que hace 10 años.

Así lo explica Adecco Group Institute en un informe en el que analiza esta tendencia en aumento en España. Según el estudio, la mayor parte de las bajas laborales se prolongaron durante un máximo de 15 días el año anterior, casi el 70%.

Sin embargo, la ausencia de un empleado en su puesto de trabajo, por motivos distintos de vacaciones o festivos, tiene un impacto económico directo que equivale al 0,4% del PIB.

En 2018 la tasa de absentismo laboral llegó a su récord histórico y se sitúa en el 5,3%. Esto supone que el año pasado 753.000 asalariados no acudieron a su puesto de trabajo en todo el año, mientras que en 2017, fueron 701.000.

País Vasco, la región con mayor absentismo

Este problema redunda en un coste económico en las empresas y las arcas públicas. El impacto directo causado en el último año supera los 6.900 millones de euros para las empresas y casi 4.500 millones en prestaciones.

Por regiones, el absentismo creció en 15 de las 17 comunidades autónomas. Sin embargo, liderando el absentismo se encuentra el País Vasco, con más de 125 horas perdidas al año por trabajador. Le siguen Navarra, con 112 horas perdidas; Asturias, 103 horas, y Castilla y León, 102 horas.

En la parte baja de la tabla destaca Baleares como el único territorio con menos de 50 horas perdidas por trabajador en 2018. Andalucía es la siguiente región con menos absentismo: se registran poco más de 62 horas por año y trabajador.

Por sectores, son la industria y servicios los que tienen las tasas más elevadas de absentismo. La primera, con un 5,6%, bate su propio récord histórico, al igual que el sector servicios, con un 5,4%. La menor tasa de horas no trabajadas son en la construcción.

Por edades, la ausencia al puesto de trabajo se produce con más frecuencia en asalariados que superan los 55 años que en los menores de 24.