Abertis se quedará también sin el mantenimiento de las autopistas
La compañía controlada por los Benetton y Florentino Pérez obtiene la peor nota en los concursos de la AP-7, la AP-2 y las autopistas catalanas
Abertis pierde a finales de agosto la gestión de cinco autopistas: la AP-7, la AP-2, la C-31, la C-32 y la C-33. El plan B ante el fin de los peajes dictaminado por los gobiernos español y catalán era licitar por el mantenimiento de las mismas vías, mucho menos lucrativo pero la única manera de seguir vinculado al negocio, pero le ha salido rana.
La compañía controlada por los Benetton (Atlantia) y Florentino Pérez (ACS y Hochtief) se quedará sin peajes y sin contrato de mantenimiento. Según la documentación a la que ha tenido acceso Economía Digital, perderá los nueve concursos lanzados por las administraciones para contratar la conservación de las autopistas.
Los concursos no están todavía adjudicados y, según las fuentes consultadas, algunos podrían ir tarde. Pero sí se conocen las ofertas que se han presentado. En total, más de 15 para cada una de las licitaciones, con grandes empresas como Acciona, Sacyr, Comsa, Copisa, Sorigué e incluso Dragados, del grupo ACS, accionista de Abertis.
El grupo dirigido por José Aljaro se ha presentado a todos los concursos pero ha obtenido la peor calificación, por lo que parece seguro que no obtendrá ningún contrato pese a su amplia experiencia en la gestión de autopistas. La compañía asegura no tener todavía información oficial acerca de la resolución del concurso.
La primera aventura de Abertis solo de mantenimiento
El negocio de Abertis siempre ha sido la gestión integral de autopistas de pago, mayoritariamente de peaje. Nunca había licitado solo por el mantenimiento, una tarea de menor valor añadido y menos rentable. Sin embargo, como adelantó Economía Digital, cambió de opinión y decidió por primera vez catar esta parte del pastel para mantener parte de su negocio en España ahora que los peajes están desapareciendo.
Para licitar por la conservación de las autopistas cuya gestión iba a perder, y probablemente por otras, creó una nueva filial: Abertis Gestión Viaria, que, a diferencia del grupo que preside Marcelino Fernández Verdes, tiene su sede social en Barcelona.
Una vez constituida la empresa, empezó a licitar por los concursos lanzados por el Gobierno (AP-7 y AP-2) y la Generalitat de Catalunya (C-31, C-32 y C-33). El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana comandado por el recientemente defenestrado José Luis Ábalos partió la AP-7 en cuatro concursos: dos para la provincia de Barcelona (donde tiene dos ramales), uno para la de Girona y otro para la de Tarragona.
El de la AP-2 lo dividió en dos, uno para la provincia de Lleida y otro para la de Zaragoza, aunque hay un tramo que pertenece a Huesca. Entre todos, suman un valor de unos 130 millones de euros por dos años de mantenimiento.
Como en todos los concursos públicos, los pliegos dividen la valoración de la oferta en varios apartados. En cada uno, cada oferta se lleva una nota en función de los requisitos que cumple. En estos, la nota máxima era 60, pero Abertis obtuvo 30 en prácticamente todos y su oferta fue la peor o de las peores, lo que, según las fuentes consultadas, le elimina aunque la oferta económica sea buena.
Además, en algunos de los concursos, el tribunal, al abrir las ofertas económicas, advirtió que algunas de ellas eran “anormalmente bajas”. Entre ellas, la de Abertis y también la de Dragados.
Tercer ERE de Abertis por el fin de Acesa e Invicat
Terminen como terminen los concursos para el mantenimiento de las autopistas, lo que sí hará Abertis es un último ERE en las concesionarias afectadas. Será el tercero en Acesa –que gestiona la AP-7 de La Jonquera a Tarragona y la AP-2 de Tarragona a Zaragoza– e Invicat –que se ocupa de la C-31, la C-32 y la C-33, en la provincia de Barcelona– en año y medio ante el fin de los peajes.
El grupo anunció este martes que presentará un expediente de regulación para 348 empleados de las dos empresas y de Autopistas España ante el inminente levantamiento de barreras, que se producirá el 1 de septiembre. La mesa de negociación del ERE se constituirá el 20 de julio y se negociará hasta el 20 de agosto.
En el concurso, uno de los requisitos que se establecen es el número de trabajadores necesarios para el mantenimiento y la función de cada uno de ellos. Para que no haya que despedir y contratar, los trabajadores de la empresa que se ocupaba hasta ahora se subrogan a la nueva empresa; es decir, pasarán a ser empleados de las diferentes adjudicatarias, con unas nuevas –y peores– condiciones laborales.
El ERE es para el resto de personal de las concesionarias, el que no se subrogará y Abertis considera que no necesita en otras filiales. Pero no es el primero. Ni el segundo. En marzo de 2020, justo antes de la pandemia, ya pactó el primero, para 142 empleados de Acesa, Invicat y Aucat, y en julio, 120 más de Acesa, Invicat y Autopistas.