Abertis, la compra que salvó a Atlantia sin que los Benetton lo supieran
La revocación de las concesiones en Italia arriesga dos tercios del negocio de Atlantia, pero la mayor diversificación de Abertis amortiguaría el golpe
Cuando hace año y medio, el grupo italiano Atlantia lanzó una opa sobre Abertis, estaba dando un paso para convertirse en un gigante de las autopistas, pero poco podían imaginar los Benetton que con ese ambicioso movimiento podían estar salvando su empresa estrella. El pacto con Florentino Pérez para comprar la concesionaria catalana terminó de hilvanar una operación que ahora, si Italia actúa con la contundencia que promete contra Atlantia, será la tabla de salvación del grupo.
Es muy pronto para saber qué consecuencias tendrá para Atlantia la caída de un puente en Génova, que provocó decenas de muertes. Más allá de las pérdidas en bolsa –este viernes, remontó el 5,7% tras caer más del 25% en dos días–, está por ver si Autostrade, la filial de autopistas de la concesionaria italiana, pierde los contratos en vigor.
El gobierno italiano anunció este miércoles que revocaría todas las concesiones de Autostrade, el primer gestor privado de autopistas del país y uno de los más importantes de Europa. Posteriormente matizó y apuntó otras opciones, como que pierda solo una de las concesiones, la afectada, y una multa. Además, es probable que tenga que asumir indemnizaciones millonarias por las víctimas y los daños materiales.
Una consecuencia inmediata es el encarecimiento de la deuda de Atlantia. Es decir, de los intereses a los que se financia con sus emisiones de bonos. Además, las agencias de calificación han puesto al grupo que dirige Giovanni Castellucci en revisión y no es una opción disparatada que rebajen su rating. S&P, una de las principales agencias, dijo que, en principio, la rebaja no afectaría a Abertis, que, cuando culmine la venta, será una filial de Atlantia.
Atlantia se juega un negocio de 2.450 millones
Sea cual sea la decisión del gobierno italiano, y tarde lo que tarde, el futuro de la compañía italiana, propietaria también de la gestión del aeropuerto de Roma, no es halagüeño. Pinta más bien negro. Pero si algo abre una brecha para que entre el sol es la compra de Abertis.
Actualmente, Abertis está en manos de Hochtief, que en breve debería de vender su participación de más de 90% a una nueva sociedad participada por Atlantia (50% más una acción), ACS (30%) y Hochtief (20% menos una acción). Cuando esto suceda, el grupo italiano, el único de los que se dedica a la gestión de autopistas, tendrá el control de Abertis y nacerá un nuevo gigante de los peajes, líder mundial.
Si se cumple la primera amenaza del gobierno de Italia, y la más dura, este nuevo gigante perdería ni más ni menos que un tercio de su negocio. Aproximadamente, 2.450 millones de euros anuales de beneficio operativo (ebitda). No es una cifra para nada desdeñable. De hecho, haría temblar los cimientos de la nueva asociación entre los Benetton y Florentino Pérez, pero para la familia italiana sería mucho peor sin Abertis.
Abertis reduce a la mitad el impacto de la crisis en Atlantia
Autostrade es la piedra angular del proyecto de Atlantia. De hecho, fue su origen, hasta que los Benetton, bajo la dirección de Castellucci, empezaron a invertir en otros negocios, dando lugar a Atlantia. Algo así como la Abertis que construyeron Isidro Fainé, Salvador Alemany y, posteriormente, Francisco Reynés desde Acesa y otras concesionarias más pequeñas.
La gestora del puente accidentado en Genova supone el primer negocio de Atlantia, con ni más ni menos que dos tercios de su ebitda. Otro 18% corresponde a peajes en otros países, sobre todo Chile y Brasil, y otro 16% a su otro negocio: Aeroporti di Roma, la gestora del aeropuerto de Fiumicino, el más importante de la capital italiana.
Gracias a la fusión de los negocios de Atlantia y Abertis, el castigo solo afectaría al negocio italiano. La mayor diversificación de la compañía española le dejaría muchos países en los que desarrollar su negocio, y al hacerlo con un nombre distinto, no tendría el mismo impacto reputacional negativo. Eso sí, en lo que gestione como Abertis, el pastel es a repartir con Florentino Pérez y su filial alemana, Hochtief, de la que Atlantia también es socia.
Si se suman los negocios de las dos concesionarias, tras Autostrade, Sanef, la filial alemana de Abertis, aporta el 12% del negocio, mientras que las filiales españolas aportan aproximadamente el 13%, entre Acesa, Aumar y Sapn. Brasil y Chile aglutinan el 8% del negocio cada uno, y el resto de países de Latinoamérica, así como la India, suman el 6% restante.