A Florentino se le atraganta la reforma del Bernabéu
Los frentes jurídicos y administrativos aplazan el inicio de las obras, que serían financiadas con dinero de Abu Dhabi
Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y de la constructora ACS, tiene prácticamente cerrada la subasta que en los dos últimos años ha llevado a cabo para ver quién pone más dinero con el que afrontar la remodelación del estadio Santiago Bernabéu. La obra faraónica que contempla cubrir el recinto y ampliarlo con un centro comercial y un hotel junto al paseo de la Castellana.
“Me estoy matando por hacer el mejor estadio del mundo y nos genere 100 millones más al año”, decía hace una semana el presidente madridista a los socios compromisarios, “pero es imposible hacerlo sin endeudarse ni pedir dinero”, añadía.
Atado y bien atado
En esa asamblea no salió el nombre del sponsor que, como decía Florentino, “una su nombre al nuestro, y que durante 15 o 20 años nos pueda pagar los 400 o más millones que vale el nuevo estadio”. Pero todo está ya atado y bien atado.
Ni Coca-Cola, ni Microsoft ni Hyundai ni alguna que otra multinacional se han aproximado, ni de cerca, a los 500 millones de euros que está dispuesto a poner el Gobierno del Emirato de Abu Dhabi durante los próximos 20 años.
Lo haría a través de uno de sus fondos de inversión, el International Petroleum Investment Company (IPIC). Como paso previo, el National Bank of Abu Dhabi (NBAD) acaba de convertirse en sponsor oficial del Real Madrid en los Emiratos Árabes Unidos. IPIC es propietario del 100% de la petrolera Cepsa desde hace tres años.
Abu Dhabi en lugar de Santiago
El premio, que el nombre del emirato acompañe al apellido –solo al apellido, desaparecerá el nombre– del histórico presidente en la fachada principal del estadio. Podría ser perfectamente Abu Dhabi Bernabeu o Abu Dhabi Bernabeu Stadium, pero antes deberán cerrarse todos los frentes judiciales y administrativos abiertos, tanto en España como en la Comisión Europea.
“Nos ha pedido una cautelar y el Tribunal Superior de Justicia se la ha dado. La vamos a recurrir y espero que la ganemos». Así respondía Florentino a la pregunta que le hizo uno de los socios en relación a la denuncia presentada por Ecologistas en Acción.
Recurso del Madrid
De la respuesta del presidente se deduce que, en contra de lo que se había dicho, el auto dictado el pasado 31 de julio por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) todavía no ha sido recurrido por el club blanco.
Los jueces, en el auto, acceden a la suspensión cautelar del acuerdo tomado por el Consejo de la Comunidad de Madrid, por el que se aprobaba la modificación puntual del Plan General de Urbanismo de Madrid que daba luz verde a las obras.
Y lo hacían, sobre todo, para cubrirse las espaldas ante lo que pueda determinar la investigación que lleva a cabo la Comisión Europea sobre supuestas ayudas públicas ilegales recibidas por el club blanco.
La Comisión Europea entra en liza
La investigación comunitaria se inició el pasado 18 de diciembre con la remisión, por parte de vicepresidente de la UE, Joaquín Almunia –de quien depende la Dirección General de la Competencia–, al ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, de un documento en el que se recogen las dudas acerca de los pormenores relativos a los convenios (1991, 1996, 1998 y 2011) firmados entre el Ayuntamiento de Madrid y el club blanco, que han permitido al Real Madrid obtener el suelo público sobre el que levantar el centro comercial y el hotel entre el estadio y el paseo de la Castellana.
Tras hacer un análisis cronológico y exhaustivo de lo acontecido desde 1991, la Comisión dejaba entrever que “el Real Madrid habría obtenido una ventaja económica de la transacción que no estaría justificada en condiciones de mercado. La ventaja real dependería de la diferencia entre el valor supuesto por las partes y el precio de mercado que todavía está por determinar”.
El último paripé
Las autoridades europeas daban un mes al Gobierno español para que respondiera, pero la respuesta no satisfizo lo más mínimo. El pasado mes de marzo la Comisión volvió a pedir más explicaciones tras reiterar sus dudas sobre algunas cesiones de suelo y la desmesurada revalorización de los terrenos implicados en las operaciones urbanísticas. Ahora, se está a la espera de que la Comisión se pronuncie de manera definitiva.
El último de los paripés en toda esta historia tuvo lugar el 29 de julio de 2011 cuando el entonces alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón –que acaba de dimitir como ministro de Justicia— y el presidente Florentino Pérez firmaban un convenio para regularizar los compromisos derivados de los convenios suscritos en mayo de 1998 y diciembre de 1991.
Tapar los incumplimientos
Eufemismo que reconocía el incumplimiento de ambas partes. Del Ayuntamiento, porque nunca podía traspasar al Madrid una parcela en el barrio de Las Tablas, al estar calificada para uso deportivo básico, ni tampoco el aparcamiento subterráneo que tenía que acometer bajo la calle de Concha Espina, y del Real Madrid, que tampoco llevó a cabo obras en superficie sobre la calle de Rafael Salgado.
Convenio que, además, nació muerto ya que una de las cláusulas no se iba a cumplir. No tenía ningún sentido que el Real Madrid se quedara con cuatro parcelas para chalés pareados en el barrio de Carabanchel. Y no lo tenía porque, en ese momento, tanto el Ayuntamiento como el Real Madrid sabían que esos solares nunca llegarían a ser cedidos por el Consistorio al club merengue.
Enjuague al descubierto
Cuatro meses después, en noviembre de 2011, el enjuague quedó al descubierto. El Madrid no quería para nada esas parcelas, y de hecho nunca llegaron a figurar como propias. En realidad, no llegaron a cambiar de manos, aunque el Ayuntamiento asegurase que las cedía de nuevo el Real Madrid.
El Madrid lo único que quería es que el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid no pusieran reparo alguno a permitir la ocupación de la acera y viarios públicos necesarios para obtener los 12.250 metros para ampliar el estadio Santiago Bernabéu con un centro comercial y un hotel.
Lo demás es lo de menos. Demoler el centro comercial La Esquina del Bernabéu para convertirla en zona verde o compensar al Ayuntamiento con 6,6 millones de euros –lo que cobra Cristiano Ronaldo en cuatro meses– por un exceso de edificabilidad.